El Ayuntamiento de Zaragoza está desarrollando en el edificio Ecce Homo 8 el proyecto europeo Chronicle, que busca mejorar el rendimiento de los inmuebles hacia la eficiencia energética, el confort y el bienestar. El equipo del proyecto está implementando diferentes tecnologías como un termostato inteligente, sensores para la monitorización del edificio o un registro digital para recopilar información sobre el uso de energía, así como para proporcionar recomendaciones para optimizar el uso de los espacios.

Este sistema inteligente se va a instalar en otros cuatro edificios de Europa: Dinamarca, Irlanda, Suiza y Grecia, junto a la representación española que ejerce Zaragoza con el inmueble de propiedad de Zaragoza Vivienda. Para ello, se cuenta con un presupuesto municipal de 347.500 euros, de los cuales 243.250 euros (70%) son procedentes de fondos europeos.
El proyecto Chronicle está formado por 18 socios de ocho países. Liderado por el Centro Tecnológico CIRCE, el consorcio lo componen un grupo de empresas, ONG, universidades y asociaciones europeas que trabajan en los campos relacionados con el desarrollo tecnológico, la innovación y la vivienda.
En la actualidad, ya se ha alcanzado el 65% de la ejecución del programa, para el que se cuenta con un presupuesto de 6 millones de euros en su conjunto, al 75% financiado por fondos europeos dentro de Horizon Europe.
Monitorización energética del edificio
El edificio Ecce Homo 8 cuenta con 26 viviendas, que se pusieron en marcha en 2021 tras una rehabilitación, por lo que su principal ventaja reside en una mayor capacidad de seguimiento y digitalización con el uso de tecnologías proporcionadas por socios del proyecto Chronicle. Para ello, se efectuarán distintas acciones, tanto en los domicilios particulares como en el edificio en su conjunto.
En las viviendas se está instalando un termostato inteligente en cada domicilio, que permitirá medir el uso de la energía y las condiciones ambientales interiores. Esto facilitará la monitorización y mejora del confort y la eficiencia energética de la vivienda. Además, se cuenta con la participación activa y la opinión de los residentes, para diseñar y mejorar el servicio, el rendimiento y la facilidad de uso.
Mientras, en el edificio se está creando un registro digital con la información relacionada con el inmueble en su conjunto. A través de este registro, se proporcionan recomendaciones para optimizar el uso de los espacios y se marcan avisos para realizar el mantenimiento previamente planificado; se dan herramientas para ayudar a minimizar la huella de carbono; y se planifica la renovación mediante el cálculo de diferentes escenarios e indicadores elegidos (rendimiento energético, coste, etc).
En enero acabó la instalación de los sensores necesarios para la monitorización del edificio. Actualmente, ya se ha realizado el modelado BIM del edificio, que supone la visualización tridimensional del edificio y la monitorización de los datos en tiempo casi real de los equipos inteligentes instalados en el sitio, como el consumo de energía, las condiciones ambientales y otros indicadores de rendimiento.