Los principales hallazgos del informe ‘Enmarcando la pobreza energética del verano. Perspectivas y recomendaciones para un futuro resiliente’ publicado por la Dirección General de Energía de la Comisión Europea subrayan que los que ya se enfrentan a la pobreza energética en invierno pueden tener dificultades en verano, destacando la refrigeración como un servicio energético esencial en la definición de pobreza energética estival (SEPOV, por sus siglas en inglés) en la Directiva de Eficiencia Energética. Los datos del informe destacan la importancia de integrar la SEPOV en las políticas de pobreza energética y adaptación al cambio climático, asegurando que las poblaciones marginadas no se queden atrás.
La pobreza energética estival es un problema creciente en Europa, ya que el cambio climático aumenta las temperaturas y hace que las olas de calor extremas se conviertan en una ocurrencia habitual. El calor trae consigo importantes desafíos sociales, económicos y de salud pública, en particular para los grupos vulnerables, como los hogares de bajos ingresos, los ancianos y los residentes en hogares ineficientes en términos energéticos y mal aislados.
El informe está estructurado en una definición de la pobreza energética estival junto con factores clave e indicadores que permiten medir la pobreza energética en verano. También analiza cómo se aborda la pobreza energética en verano en cuanto al marco europeo, políticas nacionales y actores clave. Finalmente, hace referencia a cómo puede la UE facilitar una respuesta justa a la pobreza energética estival con recomendaciones.
Abordar la pobreza energética estival
Los primeros hallazgos del informe sugieren que quienes probablemente ya se enfrentan a la pobreza energética en invierno pueden tener dificultades en el verano y, por ejemplo, la refrigeración ha sido reconocida como un servicio energético esencial en la definición de SEPOV en la Directiva de Eficiencia Energética. El informe subraya la importancia de integrar la SEPOV en las políticas de pobreza energética y adaptación climática, garantizando que las poblaciones marginadas no se queden atrás.
Entre las recomendaciones clave del informe se incluye la definición de indicadores SEPOV dentro del marco más amplio de pobreza energética para medirla de manera eficaz. También se indica que las inversiones en sistemas de refrigeración energéticamente eficientes, tecnologías de refrigeración pasiva, soluciones basadas en la naturaleza y técnicas aplicadas a la estructura de los edificios e infraestructura urbana resiliente son esenciales.
Además, el informe indica que los mecanismos de financiación, ya sean nacionales o europeos, deberían apoyar proyectos específicos de SEPOV o proyectos que incorporen la lucha contra el SEPOV en los proyectos de renovación y planificación urbana. Y añade que dar prioridad a las tecnologías de refrigeración energéticamente eficientes y a las tarifas energéticas flexibles puede hacer que el uso de aparatos de refrigeración sea más asequible, ya que pueden reducir los costes para el consumidor.
Enmarcar la pobreza energética estival es fundamental para reconocer el impacto pleno del cambio climático sobre las personas vulnerables, facilitar respuestas coordinadas y garantizar una implementación eficaz en todos los niveles de gobernanza. Para lograr un impacto duradero, el informe subraya que Europa necesita un enfoque integrado que conecte las políticas climáticas, energéticas y de salud, la planificación urbana y los procedimientos nacionales con la equidad social. Un enfoque integral y basado en la equidad puede salvar las brechas en materia de políticas, permitiendo a Europa construir ciudades y comunidades habitables y justas, proporcionando a todos, especialmente a los más vulnerables, los recursos necesarios para mantenerse frescos en un mundo en calentamiento.