Investigadores del Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT) han llevado a cabo un estudio que demuestra que si se proporciona a las personas datos más precisos sobre su uso de energía, además de cierta capacitación al respecto, se puede lograr que reduzcan sustancialmente su consumo y costes. El experimento, con sede en Ámsterdam, permitió que los hogares redujeran sus gastos de energía a la mitad, con un ahorro lo suficientemente grande como para sacar a tres cuartas partes de ellos de la pobreza energética. El proyecto demostró una tasa de éxito del 75% en el alivio de la pobreza energética.
Los investigadores desarrollaron el estudio ‘Evaluación del impacto del coaching energético con intervenciones de tecnología inteligente para aliviar la pobreza energética’ después de hablar con funcionarios municipales en Ámsterdam. En los Países Bajos, se considera que unos 550.000 hogares, o el 7% de la población, viven en situación de pobreza energética; en la Unión Europea, esa cifra es de unos 50 millones. En los Estados Unidos, una investigación independiente ha demostrado que aproximadamente tres de cada 10 hogares tienen problemas para pagar las facturas de energía.
Intervención de asesoramiento energético
Para llevar a cabo el experimento, los investigadores llevaron a cabo dos versiones de una intervención de asesoramiento energético. En una versión, 67 hogares recibieron un informe sobre su consumo de energía, junto con asesoramiento sobre cómo aumentar la eficiencia energética. En la otra versión, 50 hogares recibieron estos elementos, además de un dispositivo inteligente que les informaba en tiempo real sobre su consumo de energía.
En ambos grupos, los hogares redujeron el consumo mensual de electricidad en un 33% y el de gas en un 42%. En total, sus facturas disminuyeron un 53% y el porcentaje de sus ingresos que destinaron a la energía se redujo del 10,1% al 5,3%.
Según los investigadores, algunos de los cambios de comportamiento más importantes para los hogares incluyeron acciones como calentar solo las habitaciones que estaban en uso y desenchufar los dispositivos que no se estaban utilizando. Ambos cambios ahorran energía, pero los residentes no siempre comprendían sus beneficios antes de recibir asesoramiento energético.
Por otro lado, los hogares que recibieron dispositivos que mostraban datos energéticos en tiempo real solo tendían a utilizarlos durante tres o cuatro semanas después de una visita de asesoramiento. Después de eso, la gente parecía perder interés en el seguimiento frecuente de su consumo de energía. Sin embargo, unas pocas semanas de consulta de los dispositivos tendían a ser tiempo suficiente para que la gente cambiara sus hábitos de manera duradera. Según la investigación, esto demuestra que los dispositivos inteligentes deben ir acompañados de una comprensión profunda de lo que impulsa a cambiar sus comportamientos.
Los investigadores destacan que trabajar con los consumidores para reducir su consumo energético es sólo una forma de ayudar a la gente a escapar de la pobreza energética. Otros factores que pueden ayudar incluyen precios de energía más bajos y edificios más eficientes energéticamente. Estos otros factores han dado lugar a un nuevo experimento con funcionarios de Ámsterdam para examinar los beneficios de modernizar los edificios residenciales para reducir los costes de energía. En ese caso, los responsables políticos locales están tratando de encontrar la manera de financiar la modernización de tal manera que los propietarios no simplemente trasladen esos costes a los inquilinos.