El informe ‘El Momento de la Electrificación: Energía Renovable para una Economía Competitiva’ elaborado por NTT Data para la Asociación de Empresas de Energías Renovables, APPA Renovables, cuantifica los ahorros, las emisiones evitadas y la demanda eléctrica que supondría una electrificación acorde con el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC). Las principales vías de electrificación analizadas: vehículo eléctrico; calor y frío; y procesos industriales, supondrían una demanda adicional de 30 TWh (+12% vs 2024), pudiendo alcanzar en 2030 ahorros de hasta 6.710 millones de euros anuales y una reducción de emisiones equivalente a 24,5 MtCO2.
El año 2024 cerró con una cuota de generación eléctrica renovable del 56%. El Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) establece un incremento de demanda eléctrica del 34% respecto al año 2019 para el próximo 2030.
El informe analiza el impacto potencial de distintas sendas de electrificación a nivel de reducción de emisiones, así como el impacto económico en el usuario final en sectores que actualmente dependen en su mayor parte del uso de combustibles fósiles, como es el caso del transporte y la generación de calor en los sectores industrial, comercial y residencial.
Calor y frío residencial y comercial
La electricidad es la principal fuente de energía en los sectores residencial y comercial debido a su uso en iluminación y electrodomésticos. Sin embargo, mantienen una alta dependencia de los combustibles fósiles, utilizados de forma extendida para calefacción y agua caliente sanitaria. Esta dependencia genera que estos sectores sean responsables de 29,5 MtCO2 anuales.
Según el informe, para reducir esta dependencia, las bombas de calor se presentan como una alternativa con menor impacto ambiental y alta eficiencia energética en comparación con las calderas tradicionales. En el caso de una vivienda de 100 m2 habitada por tres personas, una bomba de calor puede generar un ahorro anual de entre 380 y 680 euros en comparación con una caldera de gas o gasóleo. Si bien la inversión inicial para adquirir e instalar una bomba de calor es elevada, su coste total de propiedad resulta hasta un 9% menor.
En 2023, España contaba con 78 bombas de calor por cada 1.000 viviendas, situándose como el país número 12 de la UE. No obstante, ha mantenido un crecimiento constante, siendo el cuarto país con mayor incremento de ventas en 2023 (+13,5%), incluso en un contexto de caída de ventas a nivel europeo (-6,5%).
En cuanto a las emisiones de la industria, se concentran principalmente en sectores regulados por el Régimen de Comercio de Derechos de Emisión (RCDE) y en el sector alimentario, que en conjunto generan 32 MtCO2 , equivalente al 85% de las emisiones industriales.
El 57% de la energía final consumida por la industria se destina a la producción de calor, de la cual el 77% proviene de combustibles fósiles. Reducir esta dependencia tendría un impacto directo en las emisiones industriales. Las bombas de calor emergen como una alternativa tecnológica más eficiente que emplea electricidad en lugar de combustibles fósiles. Destacan por tener un coste total de propiedad entre un 51% y un 61% inferior en aplicaciones de hasta 100°C, y ya se están desarrollando soluciones capaces de alcanzar hasta 200°C, ampliando así su espectro de uso en la industria. Con un factor de capacidad superior al 80%, esta solución permite recuperar la inversión en menos de cuatro años, consolidándose como una opción viable a medio y largo plazo.
En sectores como la alimentación, el papel y la química, la mayoría de las aplicaciones requieren temperaturas inferiores a 200°C, lo que permite que las bombas de calor puedan cubrir entre un 51% y un 80% de su demanda aprovechando el calor residual. Este potencial contrasta con el bajo nivel de incorporación de alternativas eléctricas para el suministro de calor en estos sectores, que actualmente se sitúa entre un 8% y un 12%.
En cuanto al sector transporte es el mayor contribuyente a las emisiones de gases de efecto invernadero en España, representando el 43% de las derivadas de usos energéticos. Dentro de este sector, el transporte terrestre aporta el 92% de dichas emisiones, donde tan sólo un 1,3% de los turismos eran eléctricos a cierre de 2023.
Electrificación para ahorrar y reducir emisiones
La electrificación completa del hogar, mediante la instalación de una bomba de calor para calefacción y agua caliente sanitaria junto con un vehículo eléctrico, se presenta como una alternativa más eficiente y económica frente a las soluciones tradicionales. En un hogar medio en España, las calderas de gas y los vehículos de combustión interna son responsables de aproximadamente 3,9 toneladas de dióxido de carbono al año.
La transición a un hogar electrificado permitiría reducir significativamente el coste energético de los hogares, con un ahorro estimado del 64%, lo que equivale a 1.433 euros anuales. Considerando las emisiones actuales del mix eléctrico, un hogar electrificado emitiría sólo 0,7 tCO2 al año, una reducción del 83% en comparación con un hogar tradicional. Esta reducción podría alcanzar el 100% si la electricidad utilizada proviniera exclusivamente de fuentes renovables.
Según los datos del informe, la electrificación mediante bombas de calor y vehículos eléctricos supondrá un incremento en la demanda eléctrica proyectada para 2030. En un escenario de electrificación progresiva, esta demanda adicional podría alcanzar los 20 TWh, mientras que, en un escenario de electrificación acelerada podría situarse en torno a 30 TWh. Esta demanda, representaría entre el 6% y el 9% de la generación renovable estimada en el PNIEC para ese año.
El avance hacia la electrificación tendría un impacto significativo en la reducción del consumo de combustibles fósiles en diversos sectores. En el sector residencial y comercial, el uso de bombas de calor podría sustituir entre 3,2 y 4,0 Mtep, reduciendo hasta un 45,8% el consumo de combustibles fósiles. En la industria, aunque su aplicación estaría limitada a procesos con temperaturas inferiores a 200°C, estas tecnologías aún podrían disminuir entre 0,8 y 1,1 Mtep, lo que representa una reducción del 8,2%-11,4% del consumo fósil en este sector.
En términos de emisiones, estas tecnologías podrían evitar más de 24 MtCO2 en 2030 bajo un escenario de electrificación acelerada, acumulando un total de 89,5 MtCO2 evitadas entre 2024 y 2030. Además, gracias a su mayor eficiencia, generarían ahorros acumulados en costes de energía estimados entre 16,5 y 22,8 mil millones de euros durante el mismo periodo, consolidándose como un motor clave tanto para la sostenibilidad ambiental como para el desarrollo económico.
Generación eléctrica renovable en España
La generación eléctrica en España disminuyó ligeramente en 2024, con una reducción de menos del 1% respecto al 2023, alcanzando 266 TWh. Destaca el crecimiento de la generación renovable, que superó por primera vez el 50% del mix energético nacional de 2023 y mantuvo su avance, alcanzando 148 TWh en 2024, lo que representa un aumento del 10% respecto al año anterior. La tecnología con mayor peso en 2024 fue la eólica con un 22,9% seguida de la solar fotovoltaica con un 16,7%.
En 2024, la potencia instalada a final de año en España alcanzó 127,6 GW, con un crecimiento interanual de 4% respecto al 2023. Este incremento ha sido posible gracias al desarrollo de instalaciones renovables, que han sumado casi 30 GW en los últimos años, y que representan más del 60% del parque de generación, alcanzando una potencia total de 83,7 GW. El grueso de la potencia renovable corresponde a eólica y solar fotovoltaica, que superan el 60% de la potencia renovable. Si bien la potencia eólica (31,7 GW) es ligeramente superior que la solar fotovoltaica (31,4 GW), esta última es la que ha experimentado mayor crecimiento en los últimos años, con la incorporación de 22,6 GW de potencia desde 2019.
El Plan Nacional Integrado de Energía y Clima prevé para 2030 un aumento de la capacidad instalada hasta los 214 GW, donde la capacidad renovable supondrá un 75% y su generación asociada tendrá que ser el 81% del total. En cuanto a la previsión por cada tecnología renovable, se espera alcanzar una capacidad de 76,3 GW de solar fotovoltaica (incluye 19 GW de autoconsumo), 62,1 GW de eólica, 4,8 GW de solar térmica y 2,7 GW de otras renovables. La previsión del PNIEC supone un incremento de la capacidad renovable instalada de 82,3 GW con respecto al 2023, lo que supone una tasa de crecimiento anual compuesta de un 11%.
En definitiva, la transición hacia un sistema energético electrificado requiere de un enfoque integral que abarque movilidad, calefacción, industria e innovación. Entre las recomendaciones generales derivadas del análisis del informe destacan promover la descarbonización con fiscalidad; trasladar las ayudas del IRPF al Impuesto de Sociedades; optimizar y desarrollar las redes eléctricas; y liderar, planificar y financiar la transición energética.
Las recomendaciones para vehículos eléctricos incluyen fortalecer y ampliar el alcance del Plan Moves, entre otras. Para el calor y frío residencial y comercial, reducir la carga fiscal sobre las bombas de calor; establecer sistemas de incentivos simples y estables; modificar el sistema de calificación energética de las viviendas; reducir los impuestos municipales; y simplificar los procedimientos administrativos.
Para la electrificación industrial, impulsarla a través de los PERTE; implementar un marco fiscal competitivo a la factura eléctrica de electrointensivos; y promover acuerdos de compra/venta de energía renovable a largo plazo (PPAs), entre otras. En cuanto a recomendaciones en el ámbito de la innovación, capacitación y difusión, se propone crear una plataforma informativa única de electrificación; desarrollar y atraer capital humano especializado en electrificación; e impulsar la investigación y desarrollo de soluciones innovadoras.