El Centro Tecnológico de la Energía (ITE) ha concluido el proyecto GEDAI, donde han podido desarrollar una metodología diseñada y validada en su aplicación a todo el ciclo de diseño, desarrollo y despliegue de un gemelo digital que cumpla las necesidades requeridas para cada tipo de industria. Esta tecnología innovadora permite reducir el consumo energético, la huella hídrica y la huella de carbono en procesos productivos que generan aguas residuales, ofreciendo soluciones adaptadas a las necesidades de las empresas, principalmente del sector textil y metalmecánico.
El proyecto GEDAI, un programa diseñado para impulsar la sostenibilidad y la competitividad del sector industrial mediante el uso de gemelos digitales, ha sido financiado por el Instituto Valenciano de Competitividad Empresarial (Ivace) mediante un convenio de I+D con la Generalitat Valenciana dentro de las ayudas dirigidas a centros tecnológicos de la Comunidad Valenciana.
Gemelos digitales energéticos y productivos
A lo largo del proyecto, se ha diseñado una metodología que facilita el desarrollo y despliegue de gemelos digitales energéticos y productivos. Las empresas participantes han logrado implementar prototipos funcionales que permiten predecir de manera precisa el consumo energético, calcular las huellas hídricas y de carbono, y optimizar la operativa industrial para minimizar el uso de recursos.
Durante el desarrollo del proyecto, se ha trabajado junto a empresas de diferentes perfiles, teniendo en cuenta factores como la digitalización previa, la complejidad de los procesos y las barreras específicas para la implementación de estas tecnologías. Esto ha permitido diseñar herramientas personalizadas y ajustadas a las necesidades particulares de cada industria, maximizando el impacto del proyecto.
El proyecto GEDAI no solo ha contribuido a la mejora de la eficiencia energética, sino que también ha permitido avanzar en la digitalización de procesos industriales clave. Su enfoque transversal y su colaboración directa con empresas ha permitido demostrar cómo la tecnología puede ser un aliado fundamental en la lucha contra el cambio climático, al tiempo que mejora la competitividad de las industrias en mercados cada vez más globales y exigentes.