La Comisión Europea ha publicado un estudio sobre la optimización de los indicadores de pobreza energética recopilados a nivel de la UE y nacional. El objetivo de este estudio es informar y mejorar la forma en que se diseñan e implementan las políticas de pobreza energética en toda la UE y en todos los niveles de gobernanza. El documento incluye recomendaciones para ayudar a mejorar la recopilación de datos y la presentación de informes sobre la pobreza energética tanto a nivel de la UE como a nivel nacional.
En primer lugar, se identificaron y mapearon datos importantes para el monitoreo y la evaluación de la pobreza energética. Después se midieron, analizaron y evaluaron los conjuntos de datos e indicadores en función de una serie de criterios y se elaboró una priorización de los indicadores considerados más útiles.
A lo largo del estudio, se examinó el contexto nacional de cada Estado miembro y cómo se define y se informa sobre la pobreza energética, así como si las políticas de los Estados miembros que abordan el problema se basan en indicadores y de qué manera, y si estos son coherentes entre sí. Tras esto, se evaluó la capacidad de cada Estado miembro para capturar la pobreza energética, para desarrollar recomendaciones adaptadas a las especificidades nacionales.
Recomendaciones para recopilar información sobre pobreza energética
Tras los pasos mencionados anteriormente que se han desarrollado a lo largo del estudio, finalmente el documento incluye recomendaciones con el objetivo de ayudar a mejorar la recopilación de datos sobre la pobreza energética tanto a nivel de la UE como a nivel nacional. Así, recomienda la ampliación de la recopilación de datos para las bases de datos de la UE, el desarrollo de una base de datos de la UE sobre pobreza energética, mejorar el acceso (público) y la disponibilidad de los datos nacionales sobre pobreza energética, y mejorar la calidad de la recopilación de datos.
El estudio también recomienda la implementación de indicadores de pobreza energética comunes; el desarrollo de una estrategia clara de lucha contra la pobreza energética mediante una definición, indicadores y objetivos específicos para cada país, así como una presentación de informes coherente; un mayor desarrollo de indicadores; o apoyar a los Estados miembros en el desarrollo de observatorios nacionales de pobreza energética (si aún no se han establecido), entre otras recomendaciones.