La Comisión Europea ha publicado el informe sobre el estado de la Unión de la Energía de 2024. Destacan datos como que los precios de la energía son más estables y se mantienen significativamente por debajo de los niveles máximos de la crisis energética de 2022, así como el aumento significativo de las energías renovables y el descenso del consumo energía primaria de la UE. No obstante, subraya la necesidad de redoblar los esfuerzos en materia de eficiencia energética.
La primera parte del informe muestra cómo la elevada ambición energética y climática en el marco del Pacto Verde Europeo sentó las bases de la estrategia de respuesta a las crisis de la UE y del plan REPowerEU. También esboza medidas para mejorar la competitividad de la industria europea.
La segunda parte analiza la situación de la aplicación de la Unión de la Energía en sus cinco dimensiones: seguridad, solidaridad y confianza; un mercado interior de la energía plenamente integrado; eficiencia energética; la acción por el clima y la descarbonización de la economía; e investigación, innovación y competitividad. El informe de este año va acompañado de un anexo que contiene información sobre los regímenes voluntarios y nacionales de bioenergía en los Estados miembros.
Aumentar los esfuerzos en eficiencia energética
El informe destaca avances significativos en el ámbito de las energías renovables. En el primer semestre de 2024, la mitad de la producción de electricidad de la UE procedía de fuentes renovables. En 2022, el consumo de energía primaria de la UE renovó su tendencia a la baja, con una caída del 4,1%. No obstante, será necesario redoblar los esfuerzos en materia de eficiencia energética para que la UE cumpla el objetivo de reducción del consumo de energía final del 11,7% de aquí a 2030.
También habrá que seguir mejorando en lo que respecta a la electrificación generalizada de los equipos de calefacción y al ritmo de renovación de los edificios. El informe indica que es necesario aumentar los esfuerzos para hacer frente a los elevados precios de la energía. Esto es fundamental para mejorar la competitividad de la industria de la UE y acelerar las inversiones en las redes de infraestructuras integradas de Europa, que son esenciales para la electrificación de la economía europea.
Además, el informe recuerda que todos los Estados miembros deben presentar lo antes posible sus planes nacionales actualizados de energía y clima para garantizar la consecución colectiva de los objetivos energéticos y climáticos para 2030. Y destaca que en el futuro deberán abordarse nuevos retos como la actual brecha de ambición en los objetivos en materia de energías renovables y eficiencia energética, el aumento de la pobreza energética, la diferencia de precios de la energía en comparación con otros competidores mundiales y el riesgo de nuevas dependencias críticas estratégicas.
Empoderar a los consumidores
A lo largo del informe se aborda que, con la nueva legislación sobre el mercado de la energía, como la reforma de la configuración del mercado de la electricidad, los más vulnerables estarán mejor protegidos contra la desconexión. En caso de crisis de los precios del gas natural, los Estados miembros pueden introducir medidas para proteger a los consumidores y garantizar el acceso a una energía asequible y a servicios sociales esenciales. Esto incluye intervenciones en la fijación de precios al por menor para proteger a los consumidores de precios excesivamente elevados.
El Fondo Social para el Clima también será un instrumento clave para movilizar al menos 86.700 millones de euros para el período 2026-2032, según el informe. Apoyará medidas estructurales e inversiones en rehabilitaciones de eficiencia energética, acceso a viviendas asequibles y eficientes desde el punto de vista energético, calefacción y refrigeración limpias e integración de energías renovables, así como en la movilidad y el transporte de emisión cero y de baja emisión.