La Plataforma por la Descarbonización de la Calefacción y el Agua Caliente ha reunido a asociaciones empresariales, centros de investigación y organizaciones profesionales y medioambientales en la presentación en Madrid de la ‘Hoja de Ruta de la Calefacción Renovable’ para transformar el sector de la calefacción y el agua caliente residenciales en España de aquí a 2050. El estudio proporciona soluciones concretas y recomendaciones para que las instituciones puedan acelerar la transición hacia sistemas de climatización no basados en combustibles fósiles.
Los edificios son responsables del 30,1% del consumo de energía final y el 25% de las emisiones de carbono a la atmósfera en España. Contar con hogares más eficientes energéticamente reduciría notablemente las facturas de las familias. La calefacción y el agua caliente sanitaria son los usos energéticos que requieren mayores esfuerzos para lograr su descarbonización. En este contexto surge la necesidad de la creación de esta hoja de ruta.
Además, la revisión de la Directiva europea de Eficiencia Energética en Edificios (EPBD, por sus siglas en inglés) estipula que todo el parque construido deberá ser de cero emisiones en 2050, así como la eliminación de las ayudas a calderas individuales de combustibles fósiles a partir de 2025, y la sustitución completa de las calderas alimentadas con combustibles fósiles de aquí a 2040.
‘Hoja de Ruta de la Calefacción Renovable’
La ‘Hoja de Ruta de la Calefacción Renovable‘ es un estudio que muestra la magnitud del cambio necesario de este sector. Está elaborado por la Plataforma por la Descarbonización de la Calefacción y el Agua Caliente y una de las principales conclusiones es que es factible una descarbonización del parque residencial en España compatible con el objetivo de mantener la temperatura global por debajo de 1,5 °C de calentamiento.
La hoja de ruta analiza cuatro posibles trayectorias de descarbonización para el sector de la calefacción y el agua caliente residenciales en España, visualizando diferentes tramos hasta llegar a 2050. Entre estos cuatro escenarios, el más ambicioso es el denominado ‘Emisiones Netas Cero’. Según los cálculos incluidos en este escenario, desde 2030 se alcanzaría el 100% de energías renovables en los equipos de calefacción. En 2050, el mix térmico sería: 53% de bombas de calor eléctricas de alta eficiencia; 32% sistemas de biomasa y otros combustibles renovables; y 15% sistemas de energía solar térmica y otras energías renovables térmicas.
En cuanto a las medidas clave para la transición hacia una calefacción eficiente y renovable se incluye la sustitución gradual en todos los edificios hasta 2030 del uso de sistemas de calefacción y ACS que utilizan combustibles fósiles por otros basados en fuentes de energías limpias. Para ese mismo año, sustituir el 100% de los equipos eléctricos y de biomasa existentes por equipos de nueva generación con mejor rendimiento y alta eficiencia.
También se incluye incrementar sustancialmente las viviendas rehabilitadas a 2050 por encima de los valores de la Estrategia a largo plazo para la Rehabilitación Energética en el Sector de la Edificación en España, ERESEE. Asimismo, todas las viviendas de nueva construcción deberían construirse bajo la categoría A del actual certificado de eficiencia energética de edificios.
Hitos de la hoja de ruta
Entre los principales hitos de la hoja de ruta se encuentra mejorar la eficiencia energética del parque inmobiliario, o ampliar la ambición del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) 2021-2030 para lograr en 2030, como mínimo, un 85% del mix eléctrico de origen renovable, en lugar del 81% previsto en la revisión de su último borrador. Esto ayudará a que la aportación de energía renovable de las bombas de calor accionadas eléctricamente sea aún mayor.
Otro de los hitos es sustituir los equipos de calefacción y ACS que funcionan con combustibles fósiles por otros renovables y ultraeficientes, como las bombas de calor, proporcionar apoyo institucional al desarrollo de las redes de distrito, ampliar los programas de ayuda destinados a la rehabilitación energética de viviendas y al despliegue de tecnologías renovables térmicas, mejorar la formación de profesionales para contar con personal cualificado y especializado, y finalmente, invertir en campañas de información pública que promuevan las oportunidades de la calefacción renovable y cómo estas pueden beneficiar a los hogares, al mismo tiempo que desincentiven la compra de nuevas calderas de combustibles fósiles.