Con el propósito de crear conciencia sobre la importancia y resaltar el papel de la bioenergía en las transiciones energéticas globales, la Agencia Internacional de Energías Renovables (Irena) ha emitido una declaración conjunta para abordar los debates persistentes sobre qué papel debe desempeñar la bioenergía en apoyo de los objetivos climáticos y de desarrollo.
La declaración conjunta se ha emitido junto con la Iniciativa de la Plataforma Ministerial Biofuture de Energía Limpia, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, la Agencia Internacional de Energía (IEA), el Programa de Colaboración en Tecnología Bioenergética de la IEA, la Comisión Económica de las Naciones Unidas para Europa, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo y la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial.
Surge en un contexto en el que a medida que el mundo busca soluciones viables par la descarbonización, una combinación diversa de energía renovable, incluidas diversas formas de bioenergía sostenible, es esencial en las transiciones energéticas. Así, Irena prevé que la bioenergía contribuirá a más del 18% del consumo total de energía final (TPEC) para 2050, incluidos los usos directos (16%) y la generación de electricidad (2,3%).
Papel de la bioenergía sostenible
Desarrollada por un Grupo de Coordinación de Iniciativas Cruzadas sobre Bioenergía y convocada por la Asociación Mundial de Bioenergía, la declaración conjunta enfatiza el papel crucial de la bioenergía sostenible. Puede producirse a partir de sistemas integrados en agricultura, silvicultura, pesca y acuicultura, junto con alimentos y productos de base biológica, o a partir de desechos y flujos de residuos biogénicos. El atractivo de la bioenergía es su contribución al crecimiento socioeconómico local, especialmente para las comunidades cuyos medios de vida dependen en gran medida de la bioeconomía.
También se destaca que para maximizar los beneficios de la bioenergía sostenible y al mismo tiempo minimizar los riesgos potenciales, se requiere una gobernanza sólida. Esto incluye evaluaciones basadas en evidencia de factores ambientales, económicos, sociales y políticos, garantizando la seguridad alimentaria y energética, la justicia climática, la gestión de la biodiversidad, los derechos sobre la tierra y el agua y la alineación con las prioridades de desarrollo local.
Los principios de las soluciones basadas en la naturaleza, como la participación de las partes interesadas y el consentimiento informado, son fundamentales en este proceso. Las normas reconocidas de calidad y sostenibilidad son esenciales para facilitar las inversiones, el comercio justo, el seguimiento y la verificación.
La declaración resume que a través de una buena gobernanza, la bioenergía puede contribuir a abordar los riesgos relacionados con el uso de la tierra y los recursos, la seguridad alimentaria, los ecosistemas naturales y las reservas de carbono, al tiempo que promueve la equidad, la justicia y la competitividad económica.