Investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), junto con la Asociación Madrid Subterra, están promoviendo la exploración y explotación del potencial de energía renovable y limpia en el subsuelo urbano de Madrid. Los principales resultados hasta la fecha arrojan que la energía del agua residual de viviendas puede servir para ahorrar más del 50% de la factura energética de calefacción de dichas viviendas; o que se puede abastecer de agua caliente sanitaria a más de 1.000 personas durante un año con el calor residual de estaciones de metro pequeñas.
Las emisiones de CO2 pueden tener efectos devastadores para el medio ambiente y las personas. La quema de combustibles fósiles que generan gases de efecto invernadero, es la principal causa de esta grave amenaza. Este problema es particularmente crítico en áreas urbanas, donde la alta dependencia de los combustibles fósiles hace que la población sea especialmente vulnerable a los efectos del cambio climático.
En este contexto, y con el objetivo de encontrar soluciones a este desafío, se están estudiando fuentes de energía no convencionales que se pueden encontrar en el subsuelo de las ciudades en forma de calor residual asociado a las infraestructuras subterráneas.
Aprovechamiento de la energía residual del subsuelo urbano
Según una investigadora de la UPM, el calor residual se encuentra en el Metro, en conducciones de agua y en los túneles de tráfico rodado, y se puede utilizar en la climatización de edificios o de cuartos eléctricos de infraestructuras subterráneas, así como para proporcionar agua caliente sanitaria en edificios. Un ejemplo es el agua de pozos de Metro o Madrid Calle 30, que puede reducir el consumo de refrigeración de sus cuartos técnicos más de un 25%.
Se han realizado y se siguen realizando proyectos entre ambas entidades que incluyen la estimación del recurso energético disponible en las infraestructuras subterráneas de la ciudad, la aplicación de este recurso en la propia infraestructura o en edificios cercanos, tanto públicos como privados, así como estimaciones del ahorro de emisiones de CO2.
La principal conclusión que destacan estos estudios se relaciona con las altas posibilidades de aprovechamiento de esta energía residual para la reducción de las emisiones de dióxido de carbono en las grandes ciudades, mejorando su eficiencia energética.