La torrefacción aumenta hasta un 10% la densidad energética de la biomasa, según un estudio

Investigadores de la UPM analizan cómo la torrefacción mejora las características de biocombustibles

Un equipo de de investigación de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería y Diseño Industrial (ETSIDI) de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) ha analizado los beneficios de la torrefacción de residuos de la industria corchera sobre las propiedades de este tipo de biomasa.

Ensayo con reflectancia total atenuada de una muestra de biocombustible previamente sometida a torrefacción.

La biomasa juega un papel relevante en la transición energética, especialmente en aquellos sectores donde la electrificación resulta complicada. Aunque son muchos los beneficios de su penetración en el mercado energético, la biomasa presenta también una serie de problemas técnicos, como la baja densidad energética o el alto contenido en humedad, que suponen barreras para su uso como fuente de energía a mayor escala. El diseño de procesos de pretratamiento que limiten estos problemas supondría un aumento de la competitividad de esta fuente de energía.

La torrefacción consiste en someter a la biomasa a un tratamiento térmico de entre 200 y 300ºC en atmósfera inerte. La torrefacción puede dar lugar a un biocombustible con mayor densidad energética y así hacer frente a los problemas mencionados anteriormente.

Estudio de la UPM

El estudio desarrollado por la UPM se llevó a cabo en varias fases tras las cuales se comprobó que con la torrefacción, en determinadas condiciones, se conseguía un aumento de hasta un 10% en la densidad energética de la biomasa, así como un aumento de hasta un 50% en su carácter hidrofóbico, lo que supone una gran ventaja tanto en términos de aprovechamiento energético como de almacenamiento de este biocombustible.

Dentro de la investigación, se llevó a cabo un análisis de la estructura química del residuo y las muestras torrefactas mediante la técnica de la reflectancia total atenuada. Tras este análisis se alcanzaron dos resultados principales.

Por un lado, los investigadores encontraron evidencia de reacciones de carbonización, lo cual podría explicar el aumento en la densidad energética observado durante la optimización del proceso. Y, por otro lado, se verificó la estabilidad de un biopolímero producido por las paredes celulares de algunas plantas (la suberina) frente al proceso de torrefacción.

 
 
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