La Comisión Europea ofrece recomendaciones con medidas y políticas a adoptar en los países de la UE para abordar la pobreza energética

La Comisión Europea brinda una serie de recomendaciones para que países de la UE las adopten y aborden la pobreza energética

La pobreza energética afecta a los ciudadanos de todos los países de la UE

La pobreza energética afecta a los ciudadanos de todos los países de la UE. En 2022, los altos precios de la energía, junto con la crisis del coste de vida, significaron que aproximadamente el 9,3% de los europeos no pudieron mantener sus hogares adecuadamente calientes, en comparación con el 6,9% en 2021. Reconociendo la necesidad de una acción aún más coordinada para contrarrestar la tendencia, la Comisión Europea ofrece una serie de recomendaciones sobre medidas y políticas que pueden adoptar los países de la UE para abordar la pobreza energética.

La Comisión Europea ofrece una serie de recomendaciones para abordar la pobreza energética debido a los altos precios de la energía.

Proteger a los ciudadanos vulnerables y garantizar que la transición energética de Europa sea justa y equitativa es una piedra angular del Pacto Verde Europeo. La inversión en eficiencia energética y energías renovables se encuentran entre las medidas estructurales incluidas entre las recomendaciones.

Abordar la pobreza energética

Las medidas que ofrece la Comisión Europea están diseñadas para tener un impacto duradero, abordando las causas profundas de la pobreza energética, como el bajo rendimiento energético de los hogares y electrodomésticos, el elevado gasto energético en proporción a los presupuestos familiares y los menores niveles de ingresos. Esta recomendación describe además, cómo se puede diagnosticar la pobreza energética a nivel nacional.

Las medidas que ofrece la Comisión Europea están diseñadas para abordar las causas profundas de la pobreza energética, como el elevado gasto en proporción a los presupuestos familiares y menores niveles de ingresos.

Los objetivos establecidos en el pilar europeo de derechos sociales, los Objetivos de Desarrollo Sostenible, el Pacto Verde Europeo, la Recomendación del Consejo Europeo sobre una transición justa y las Recomendaciones de la Comisión Europea sobre la pobreza energética proporcionan un marco para detectar la pobreza energética en los Estados miembros haciendo hincapié en los principios de acceso a la energía, inclusividad, equidad y no dejar a nadie atrás.

Un total de 18 Estados miembros han incluido la pobreza energética como un fenómeno separado en sus planes nacionales de energía y clima; sin embargo, tan solo la mitad aproximadamente de los Estados miembros incluyen detalles sobre las definiciones, la medición clara y las políticas directas para hacer frente a la pobreza energética.

Para diagnosticar, diseñar, establecer y aplicar medidas para luchar contra la pobreza energética, los responsables políticos a todos los niveles deben estar informados y comprender las causas subyacentes en su circunscripción.

La CE recomienda aplicar el marco jurídico

En primer lugar, la Comisión Europea recomienda aplicar el marco jurídico. Adoptar medidas rápidas para transponer y aplicar la definición de pobreza energética. La definición nacional debe distinguir el concepto de pobreza energética del concepto de clientes vulnerables y garantizar que las diferencias entre ambos conceptos se reflejen debidamente en las políticas y medidas a nivel nacional para ayudar a los Estados miembros a preparar los paquetes de medidas pertinentes para abordar la pobreza energética y las medidas de capacitación.

Los Estados miembros deben distinguir los conceptos de pobreza energética y clientes vulnerables.

Posteriormente, aprovechar el marco holístico establecido por los planes nacionales de energía y clima para analizar y actualizar la cuestión de la pobreza energética en su territorio y reflexionar sobre la manera de abordarla. Por último, considerar los indicadores para determinar el número de hogares afectados por la pobreza energética y participar en las encuestas como parte de los módulos pertinentes de las estadísticas europeas sobre la renta y las condiciones de vida.

Medidas estructurales, acceso a la energía y gobernanza

En segundo lugar, los Estados miembros deben distinguir entre medidas estructurales para afrontar la pobreza energética y medidas para mejorar la asequibilidad de la energía. Se debe dar prioridad a medidas estructurales orientadas a abordar las causas de la pobreza energética, en lo que respecta a la eficiencia energética, la renovación de edificios, la adaptación térmica, el acceso a aparatos eficientes desde el punto de vista energético y a las energías renovables. Los Estados miembros podrán acompañar estas medidas con otras específicas para mejorar la asequibilidad de la energía, como ayudas específicas a la renta y tarifas sociales.

Los Estados miembros deben dar prioridad a medidas estructurales orientadas a abordar la renovación de edificios o adaptación térmica.

Los Estados miembros deben garantizar una gobernanza mejorada con un enfoque holístico para abordar la pobreza energética y considerar la posibilidad de designar observatorios nacionales de pobreza energética, y capacitarlos incluyendo autoridades públicas, universidades, ONG, proveedores y suministradores de energía, al tiempo que se les da un mandato claro y medios para detectar, supervisar y analizar la situación a escala local, regional y nacional a fin de fundamentar la toma de decisiones.

Confianza, participación y comunicación

A la hora de diseñar medidas y acciones que aborden la pobreza energética, los Estados miembros deben prestar especial atención a una comunicación específica y personalizada que genere confianza entre los beneficiarios de los sistemas pertinentes y evite estigmatizar a los grupos vulnerables. Deben intensificar las campañas de información sobre eficiencia energética dirigidas a los hogares afectados por la pobreza energética, a fin de garantizar que estos grupos de población reciban información y asesoramiento a medida.

Otra de las medidas se refiere a que se deben intensificar las campañas de información sobre eficiencia energética a hogares afectados por la pobreza energética.

Dichas campañas deben fomentar la adopción de medidas de eficiencia energética también en el sector del alquiler, mitigando los incentivos divididos entre propietarios e inquilinos y reduciendo la pobreza energética mediante el abaratamiento de las facturas energéticas resultante de las renovaciones.

Eficiencia energética

La Comisión Europea recomienda tomar medidas para acelerar la tasa de renovación de los edificios con el peor rendimiento energético, de manera que se garantice al menos el nivel de ahorro que el hogar necesita para lograr un confort térmico interior adecuado.

Los hogares afectados por la pobreza energética deben poder reducir la factura energética.

Se deben establecer salvaguardias normativas y sociales y analizar la combinación de políticas para garantizar que los costes de la vivienda derivados de las mejoras de la eficiencia energética o las renovaciones de viviendas no den lugar a un aumento excesivo de los alquileres y los costes de la vivienda.

Además de establecer sistemas que permitan el acceso de los hogares afectados por la pobreza energética a electrodomésticos eficientes desde el punto de vista energético, con el fin de reducir la factura energética. Y por último, acelerar el despliegue de sistemas de medición inteligentes que permitan a los consumidores acceder a su consumo de electricidad y gas y permitirles gestionar su consumo de energía y aprovechar los beneficios de los avances en tecnología energética y digitalización.

Acceso a las energías renovables

Los Estados miembros deben garantizar que los hogares afectados por la pobreza energética puedan beneficiarse de la descarbonización y de una transición socialmente justa. Todos los hogares deben tener igualdad de acceso al uso de energías renovables y tecnologías energéticas innovadoras y beneficiarse de la eliminación gradual de los combustibles fósiles en el sector de la calefacción.

Los Estados miembros deberán garantizar que todos los hogares tengan igualdad en el acceso al uso de energías renovables.

Asimismo, la Comisión Europea apuesta por permitir a los hogares afectados por la pobreza energética acceder a sistemas de uso compartido de la energía, entre otras cosas eliminando las barreras financieras a la entrada de dichos hogares, y fomentar la participación de los municipios en dichos sistemas.

Capacidades y financiación

En cuanto a las capacidades, se debe garantizar que los responsables políticos de todos los niveles de la administración reciban formación sobre cuestiones energéticas, en particular sobre temas relacionados con la pobreza energética, teniendo en cuenta los aspectos multidimensionales de la pobreza energética y el contexto de la transición hacia una energía limpia.

La Comisión Europea recomienda que los responsables políticos de todos los niveles de la administración reciban formación sobre temas relacionados con la pobreza energética.

Se deben poner en marcha programas sobre la pobreza energética y las soluciones energéticas ecológicas para formar a los trabajadores de primera línea y ofrecer cursos de formación específicos para los hogares en situación de pobreza energética. Estos cursos deben permitir a los hogares afectados controlar mejor sus facturas energéticas y participar activamente en la transición energética limpia y justa.

Finalmente, la última recomendación se refiere a utilizar la financiación de la Unión Europea disponible para seguir luchando contra esta causa a través de sistemas de apoyo a la eficiencia energética. Los Estados miembros deben simplificar en la medida de lo posible las condiciones para solicitar los fondos y limitar el número de obstáculos administrativos y los costes asociados a dichas solicitudes.

Además de diseñar sistemas específicos de apoyo a la eficiencia energética dirigidos a los hogares afectados por la pobreza energética, y apoyar el desarrollo y la ampliación de sistemas de financiación innovadores para las energías renovables y las acciones y los sistemas de eficiencia energética destinados a los hogares en situación de pobreza energética.

Los Estados miembros deben utilizar financiación para seguir luchando contra la pobreza energética.

Aunque los precios mayoristas de la energía han disminuido desde los máximos alcanzados durante el invierno pasado, los clientes vulnerables y aquellos en situación de pobreza energética continúan enfrentando dificultades para pagar sus facturas y el costo de vida sigue siendo alto. Por ello, las partes interesadas han acordado renovar la Declaración Conjunta para el invierno 2023-2024.

 
 
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