El Consejo Europeo ha adoptado la nueva Directiva sobre energías renovables para aumentar la proporción de energías renovables en el consumo energético total de la UE al 42,5% de aquí a 2030, con un complemento indicativo adicional del 2,5% para permitir alcanzar el objetivo del 45%. Todos los Estados miembros contribuirán a lograr objetivos sectoriales más ambiciosos, como en calefacción y refrigeración urbanas, entre otros. El objetivo es acelerar la integración de las renovables en sectores donde la incorporación ha sido más lenta. Además, se establece un objetivo indicativo de al menos un 49% de energía renovable en los edificios en 2030.
La nueva Directiva se publicará en el Diario Oficial de la UE sustituyendo a la anterior y entrará en vigor 20 días después tras su publicación. Los Estados miembros tendrán un plazo de 18 meses, después de la entrada en vigor de la directiva, para transponerla a la legislación nacional.
Objetivos en transporte, edificios, calefacción, refrigeración, bioenergía e industria
Las nuevas normas establecen un objetivo indicativo de al menos un 49% de energía renovable en los edificios en 2030. Los objetivos de energías renovables para calefacción y refrigeración aumentarán gradualmente, con un aumento vinculante del 0,8% anual a nivel nacional hasta 2026 y del 1,1% de 2026 a 2030. El tipo medio anual mínimo aplicable a todos los Estados miembros se complementa con aumentos indicativos adicionales calculados específicamente para cada estado miembro.
La directiva refuerza los criterios de sostenibilidad para el uso de biomasa como energía con el objetivo de reducir el riesgo de producción insostenible de bioenergía. Los Estados miembros garantizarán que se aplique el principio de cascada, centrándose en los sistemas de apoyo y teniendo debidamente en cuenta las especificidades nacionales.
Además, la directiva establece que la industria deberá aumentar el uso de energía renovable anualmente en un 1,6%. Los Estados miembros acordaron que el 42% del hidrógeno utilizado en la industria debería provenir de combustibles renovables de origen no biológico (RFNBO) para 2030 y el 60% para 2035. Los países de la UE tendrán la posibilidad de descontar la contribución de las RFNBO en el uso industrial en un 20% bajo dos condiciones. En primer lugar, si la contribución nacional de los Estados miembros al objetivo general vinculante de la UE cumple con la contribución esperada; o con la condición de que la proporción de hidrógeno procedente de combustibles fósiles consumido en el Estado miembro no supere el 23% en 2030 y el 20% en 2035.
Los Estados miembros tendrán la posibilidad de elegir entre un objetivo vinculante de reducción del 14,5% de la intensidad de los gases de efecto invernadero en el transporte gracias al uso de energías renovables para 2030; o una cuota vinculante de al menos el 29% de las energías renovables dentro del consumo final de energía en el sector del transporte para 2030.
Las nuevas normas establecen un subobjetivo combinado vinculante del 5,5% para los biocombustibles avanzados y los combustibles renovables de origen no biológico en la proporción de energías renovables suministradas al sector del transporte. Dentro de este objetivo, existe un requisito mínimo del 1% de combustibles renovables de origen no biológico (RFNBO) en la proporción de energías renovables suministradas al sector del transporte en 2030.
Acelerar el despliegue de energías renovables
Se acelerarán los procedimientos de permisos para proyectos de energía renovable. La intención es acelerar el despliegue de energías renovables en el contexto del plan REPowerEU de la UE para independizarse de los combustibles fósiles rusos, tras la invasión rusa de Ucrania.
Los Estados miembros diseñarán áreas de aceleración de energías renovables donde los proyectos de energía renovable se someterán a procesos de concesión de permisos simplificados y rápidos. También se presumirá que el despliegue de energías renovables es de ‘interés público prioritario’, lo que limitará los motivos de objeciones legales a nuevas instalaciones.
La propuesta de revisar la Directiva sobre energías renovables, junto con otras propuestas, es una respuesta a los aspectos energéticos de la transición climática de la UE en el marco del paquete ‘Fit for 55‘.