El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco) ha publicado la actualización de los indicadores de la Estrategia Nacional contra la pobreza energética, correspondientes al año 2021. Los datos reflejan una mejoría con relación al ejercicio de 2020. De hecho, tres de los cuatro indicadores de referencia tienen una evolución positiva.
La actualización anual de los indicadores permite avanzar en la política de protección de los consumidores vulnerables. Un ámbito que se ha reforzado para afrontar la crisis energética derivada de la guerra en Ucrania. Así, por ejemplo, la factura eléctrica de los hogares vulnerables con bono social es similar a la que abonaban antes de la crisis.
Aumenta el número de hogares con una temperatura inadecuada
El informe explica y analiza la evolución de la pobreza energética en 2021 por medio de cuatro indicadores que son el gasto desproporcionado, la pobreza energética escondida, la temperatura inadecuada en la vivienda en invierno, y el retraso en el pago de facturas de suministros de la vivienda.
Los datos recogen, por ejemplo, que la pobreza energética escondida ha descendido en los últimos cuatro años. En 2018 el porcentaje se situaba en el 11%, en 2019 en el 10,6%, en 2020 en el 10,3% y en el año 2021 en el 9,3%. El gasto desproporcionado también se ha reducido, pero de una forma poco significativa. En 2018 estaba en el 16,9% y en el 2021 se sitúa en el 16,4%.
En el parámetro de retraso en el pago de las facturas, se produjo una mejoría entre los años 2018 y 2019, pasando de un 9,1% a un 7,6%. Después en 2020 aumentó el porcentaje hasta el 10,9% para en 2021 situarse en el 14,3%. Finalmente, el indicador de temperatura inadecuada en la vivienda en invierno ha aumentado notablemente. Concretamente ha pasado del 7,2% en el año 2018 al 9,5% en el año 2021.