El gas renovable, y en concreto el biometano, es un factor determinante en el proceso de descarbonización del sector energético. Este gas verde es intercambiable por el gas natural clásico, por lo que puede distribuirse a través de la infraestructura de gas existente en todo el país y emplearse en las mismas aplicaciones energéticas en hogares, industrias, comercios y también la movilidad. Nedgia, distribuidora de gas del grupo Naturgy, trabaja desde hace años para impulsar e introducir el gas renovable en España y para que en un futuro todo el gas que circule por sus más de 54.000 km de red sea renovable.
En el año 2019 se inyectó, por primera vez en España, gas de origen renovable en la red de distribución. En la actualidad, ya existen en nuestro país cinco proyectos que inyectan biometano en el sistema gasista.
Según la Comisión Europea, España es el tercer país con más potencial de biometano, si bien aún queda un largo recorrido para explotarlo en su totalidad. Ahora mismo existen 250 proyectos en estudio para la generación de gas renovable y la previsión es que, en 2050, todo el gas que circule por las ciudades sea verde.
Economía circular e independencia energética
El origen principal del gas renovable o biometano es el biogás, que se genera a través de los procesos de degradación de la materia orgánica, como los residuos urbanos, agrícolas o ganaderos. Una vez tratado en un proceso denominado upgrading, se hace compatible con el gas natural.
De esta manera, se fomenta una economía circular libre de emisiones de CO2. Además, al ser una energía producida a nivel local, sustituye a la que se importa, por lo que se reduce la dependencia energética del exterior.
Suministro energético continuo
Nedgia también destaca que la infraestructura gasista de España adquiere un papel fundamental en la mejora de las ciudades. Diseñar un municipio sostenible y seguro energéticamente es una necesidad. En este sentido, hay que tener en cuenta que la infraestructura gasista es capaz de resistir a fenómenos atmosféricos extremos cada vez más habituales. Este aspecto es fundamental para garantizar un suministro energético continuo que no se interponga en el funcionamiento diario de las empresas y equipamientos municipales, así como de las viviendas de los ciudadanos.
El gas es una energía altamente versátil: puede incorporarse en sistemas de climatización con el uso de calentadores, calderas o incluso tenerlo en cuenta para soluciones de aerotermia. En la actualidad ya se está inyectando gas renovable a través de la red de gas natural, y en el futuro también se podrá utilizar para suministrar hidrógeno verde.