La Comisión Europea ha publicado el informe de progreso de la estrategia de bioeconomía. En él se evalúa el progreso realizado en la implementación de la Estrategia de Bioeconomía de la UE a partir de 2018 y su plan de acción, e identifica brechas para posibles acciones e iniciativas futuras de bioeconomía de la Unión Europea.
Dicho informe, solicitado por el Consejo de la Unión Europea en 2019, reflexiona sobre la creciente importancia de la bioeconomía en el nuevo entorno político, enmarcado por el Pacto Verde Europeo.
Establece que la actual economía basada en combustibles fósiles está llegando a su límite. Por eso, la transición hacia un nuevo modelo social y económico basado en el uso sostenible y circular de los recursos biológicos se ha convertido en una de las tareas centrales de la Unión Europea.
La bioeconomía permite a los países y regiones diseñar vías de transición de acuerdo con sus desafíos y oportunidades específicos. Por lo tanto, la bioeconomía juega un papel crucial para lograr los objetivos del Pacto Verde Europeo y encontrar soluciones para la actual crisis de seguridad alimentaria e independencia energética causada por la invasión rusa de Ucrania.
Principios de sostenibilidad
El informe muestra, además, que las acciones establecidas en la Estrategia de Bioeconomía de 2018 van por buen camino para lograr los objetivos principales de la estrategia. Destaca, por ejemplo, que un número cada vez mayor de estrategias de bioeconomía nacionales y regionales promueven la cooperación intersectorial y los principios de sostenibilidad, e invierten en la innovación de la bioeconomía.
También se han logrado avances en el despliegue de la bioeconomía en los países de Europa Central y Oriental, con la ayuda de importantes contribuciones financieras de la UE y el establecimiento de nuevos foros y redes.
Por último, la movilización de inversiones privadas, nuevas empresas e investigación e innovación en alimentos y otras industrias de base biológica están aumentando y muestran desarrollos prometedores. Europa tiene una posición sólida en el mercado mundial de productos químicos y materiales de base biológica.
Sin embargo, el informe también identificó brechas en la implementación del plan de acción que requiere un mayor enfoque en cómo gestionar mejor las demandas de tierra y biomasa para cumplir con los requisitos ambientales y económicos en una Europa climáticamente neutral. Y en segundo lugar, trabajar en patrones de consumo más sostenibles para mejorar la integridad ambiental.