La Junta de Castilla y León ha licitado las primeras obras del proyecto de red de calor sostenible Valladolid Oeste, cuya puesta en servicio está prevista para la temporada de calefacción 2023-2024, aunque los edificios podrán comenzar a gestionar su conexión a la red de calor en el mes de julio de 2022.
Este proyecto abastecerá de calefacción y agua caliente sanitaria a 10.200 viviendas y 67 edificios de los barrios de Villa del Prado, Parquesol y zona suroeste de Huerta del Rey. Supondrá una inversión total de 36,3 millones de euros, IVA incluido, y la creación de 72 puestos de trabajo.
Además, la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero ascenderá a 31.300 toneladas de CO2/año, ahorrará a los usuarios entre el 30% y el 50% de su factura energética e incrementará la independencia energética de la Comunidad.
Nueva red de calor
La red de calor suministrará energía térmica renovable para atender las demandas de calefacción y agua caliente sanitaria de todos los edificios, tanto públicos como privados con calefacción comunitaria, que estén interesados en conectarse.
Una vez finalizada, la red de calor Valladolid Oeste se interconectará hidráulicamente con la red de calor Huerta del Rey, para aumentar la capacidad de suministro de la red existente en la zona norte-este del barrio Huerta del Rey.
Cuando esté totalmente terminada, la nueva infraestructura tendrá una capacidad de producción de energía térmica renovable de 130.530.000 kWh útiles/año, que suponen 11.224 toneladas equivalentes de petróleo que dejarán de consumirse.
Objetivos del proyecto
El proyecto tiene cuatro objetivos fundamentales. El primero es prestar un servicio urbano de suministro centralizado de energía térmica, al que se pueden sumar tanto los edificios públicos como los edificios privados de los tres barrios, lográndose así importantes sinergias a todos los niveles.
El segundo es la sustitución del uso de energía fósiles por una energía renovable, sostenible y autóctona (biomasa), que contribuye a generar empleo en entornos rurales, disminuye la dependencia energética de la región y contribuye a la prevención de incendios forestales en Castilla y León.
El tercer objetivo es la reducción de las emisiones de CO2 de los edificios de tres grandes barrios de Valladolid, disminuyendo la huella de carbono de la ciudad y contribuyendo a su transición ecológica. Por último, persigue la digitalización y telegestión de la demanda de energía térmica de los edificios que se conecten al sistema.
Ventajas para los usuarios
Las ventajas de esta red de calor sostenible se pueden resumir en la ausencia de equipos propios de producción de calor y chimeneas, lo que supone la eliminación de averías, reposiciones, riesgos de combustión, costes de mantenimiento, ruidos y vibraciones; el ahorro de entre el 30% y el 50% en la factura energética respecto a los precios actuales de energías fósiles; y la reducción de costes de mantenimiento y de renovación de calderas.
Además, supone la mejora de la calefacción energética de los edificios al utilizar una fuente de energía renovable; una mayor disponibilidad de espacio útil valorizable; la flexibilidad y adaptabilidad para disponer de mayor potencia; la permanente actualización tecnológica; y la mayor garantía y seguridad en el suministro energético.
Componentes y datos técnicos
En dicho proyecto hay tres partes diferenciadas. Se trata del edificio de la central de generación de energía térmica renovable, la red de canalizaciones de distribución de calor y las subestaciones de intercambio térmico.
La primera se ha concebido como una edificación sencilla de unos 3.600 m2, compuesta por tres edificios adosados con diferentes alturas: un edificio para almacenamiento y alimentación de biomasa; otro edificio para albergar las instalaciones de generación de energía; y un tercer edificio auxiliar para otros usos.
El edificio de generación albergará cuatro calderas de biomasa, y la potencia total de la central será de 48.800 kW nominales. La central dispondrá de una instalación solar fotovoltaica en autoconsumo para generar una parte de la energía eléctrica necesaria y de un sistema de almacenamiento de calor sensible de 6.000 m3 que permitirá acumular energía térmica renovable en horario nocturno.
Por su parte, la red de canalizaciones de distribución de calor tendrá una longitud de 25 kilómetros y contará con un avanzado sistema de detección de fugas. El fluido caloportador utilizado será agua caliente, habiéndose dimensionado el sistema para un salto térmico de 20ºC entre ida y retorno.
Finalmente, en cada edificio conectado se instalará una subestación de intercambio, las cuales se ubicarán en las actuales salas de calderas. Su función es desacoplar hidráulicamente la red de calor y el circuito interno de cada edificio, así como transferir energía térmica del circuito externo a los edificios.