La ONU lanza un plan de acción para impulsar la energía limpia y asequible en todo el mundo

Placas solares instaladas en un tejado.

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha lanzado un Plan de Acción preparado por una treintena de organizaciones que conforman ONU-Energía para lograr la transición a la energía limpia y asequible. El Plan servirá para impulsar la adopción de medidas a gran escala que, además, conducirán a las cero emisiones de carbono.

Este Plan establece siete áreas concretas de trabajo para alcanzar los retos de transición energética limpia y asequible.

Como parte de este plan, el Programa de Desarrollo está intensificando su trabajo en materia de energía para apoyar a los países en la consecución de una transición energética justa, ayudándoles a avanzar en el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, al tiempo que abordan la crisis climática.

El Plan de Acción ONU-Energía hacia 2025 establece un marco de acción colectiva de casi treinta organizaciones de la ONU e internacionales, con el fin de lograr el compromiso generalizado que asumieron el pasado mes de septiembre durante el Diálogo de Alto Nivel Sobre Energía.

Apuesta por las energías renovables

Siguiendo los objetivos establecidos en la hoja de ruta mundial para garantizar el acceso a la energía limpia para todos en 2030 y las cero emisiones netas en 2050, ONU-Energía se ha comprometido a apoyar, facilitar y acelerar el acceso a la electricidad a 500 millones de personas más y el suministro de sistemas no contaminantes para cocinar para más de 1.000 millones de personas.

También pretende aumentar en un 100% la capacidad de las energías renovables en todo el mundo, eliminar los planes de producción de energía de carbón tras 2021, crear 30 millones de puestos de trabajo en el sector de las energías renovables y la eficiencia energética, y duplicar la inversión anual en energías limpias en todo el mundo.

Siete campos de acción

Para acometer estos retos el Plan determina siete áreas de trabajo. La primera es ampliar las medidas conjuntas de ONU-Energía para cerrar la brecha de acceso a la energía y garantizar transiciones energéticas justas e inclusivas que no dejen a nadie atrás. La segunda consiste en impulsar las asociaciones entre diversas partes interesadas potenciando los pactos energéticos, en particular a través de la Red de Acción.

En tercer lugar, aumentar el ritmo encabezando una campaña mundial en favor del Objetivo de Desarrollo Sostenible número 7, que busca garantizar el acceso a una energía, asequible, segura, sostenible y moderna. A continuación, estaría dar ejemplo haciendo que las operaciones de las organizaciones de ONU-Energía sean más ecológicas.

En quinto lugar, se sitúa convocar un Foro de Acción Mundial sobre el Objetivo de Desarrollo Sostenible número 7 al margen de la Semana de Alto Nivel de la Asamblea General de las Naciones Unidas en septiembre.

Otro campo de acción es informar sobre el establecimiento de la agenda mundial mediante análisis y directrices políticas a los principales procesos intergubernamentales. Finalmente, aprovechar el poder de los datos, la digitalización y la visualización para reforzar la supervisión, el seguimiento, la rendición de cuentas y la comunicación de resultados.

Red de Acción del Pacto por la Energía

En paralelo, se ha lanzado también una Red de Acción del Pacto por la Energía que busca conectar a los gobiernos que buscan apoyo para sus objetivos de energía limpia con otras administraciones y empresas que se han comprometido a apoyar estos compromisos con más de 600.000 millones de dólares.

Entre las primeras coaliciones se anunciaron dos: uno para Nigeria y otro con el Gobierno Regional Metropolitano de Santiago. Esta última iniciativa busca impulsar la energía solar y el uso de la electricidad para el transporte público y la calefacción en la capital de Chile. El acuerdo servirá para aumentar la cuota de autobuses eléctricos en la ciudad al 100% para 2030 cuando actualmente se encuentra al 26%, y para ampliar la red de estaciones de carga para vehículos eléctricos, tanto públicos como privados.

También se comprometen a acelerar el cambio de calentadores de leña en edificios residenciales, comerciales y gubernamentales con sistemas de calefacción eléctrica, pasando de los 10.000 reemplazos realizados hasta la fecha, a más de 60.000 para 2030.

 
 
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