Las normas de diseño ecológico y etiquetado energético de la Unión Europea exigen que la Comisión presente periódicamente planes de trabajo de diseño ecológico y etiquetado energético actualizados y continuos. Por eso, el pasado 30 de marzo, junto con la propuesta de Reglamento de Productos Sostenibles, la Comisión Europea adoptó el nuevo plan de trabajo de diseño ecológico y etiquetado energético 2022-2024.
Este plan refuerza el enfoque en los aspectos de circularidad del diseño ecológico y los requisitos de etiquetado para productos relacionados con la energía. También identifica prioridades y nuevos candidatos para grupos de productos de eficiencia energética y explora nuevos requisitos específicos de productos sobre aspectos de eficiencia de materiales, particularmente sobre contenido reciclado, materias primas críticas, reparabilidad y durabilidad.
Se estima que solo los requisitos de diseño ecológico y etiquetado han ahorrado a los ciudadanos de la UE más de 120.000 millones de euros en 2021. Con los precios actuales de la energía, esta cifra podría superar los 250.000 millones de euros en 2022.
También se espera que el ahorro de energía aumente en la próxima década a medida que el stock existente de electrodomésticos se reemplaza gradualmente por modelos que cumplen con los requisitos de diseño ecológico de la UE.
Acciones del plan de trabajo para aumentar el ahorro de energía
Las acciones descritas en el plan de trabajo 2022-2024 contribuirán de varias maneras a aumentar el ahorro de energía y fortalecer los requisitos mínimos de eficiencia al realizar cinco acciones enmarcadas en el plan de trabajo.
Estas acciones son revisar y actualizar las reglas actuales para productos como calentadores de agua y portátiles y secadoras, agregando requisitos en áreas como la disponibilidad de repuestos; identificar nuevos grupos de productos, como los emisores de baja temperatura y las cargas para vehículos eléctricos, cuya viabilidad y pertinencia reglamentarias serán evaluadas por la Comisión; introducir nuevas normas que cubran grupos de productos actualmente no regulados, como teléfonos inteligentes, tabletas y sistemas solares fotovoltaicos, que contribuyan a mejorar su durabilidad y reparabilidad; apoyar una vigilancia eficaz del mercado nacional y ayudar a los fabricantes, importadores y minoristas a cumplir las normas de diseño ecológico; y modernizar y redimensionar las etiquetas energéticas para orientar mejor a los consumidores a la hora de elegir entre las nuevas generaciones de productos disponibles en el mercado.