El 1 de marzo de 2021 se llevó a cabo en la Unión Europea el cambio de la etiqueta energética de lavadoras, lava-secadoras, lavavajillas, frigoríficos, vinotecas, monitores y televisiones, y ahora, a partir del 1 de septiembre, llega el cambio de la etiqueta energética de las fuentes de iluminación. Se simplifican las categorías, volviendo a una escala A-G más simple. El objetivo es ayudar a los consumidores a elegir productos más eficientes.
Desde el 1 de septiembre entran en vigor las nuevas etiquetas energéticas de lámparas y bombillas. Las antiguas etiquetas A+, A++ y A+++ motivaban menos la compra de aparatos eficientes que aquellas que muestran la escala A (clase más eficiente) a G (clase menos eficiente). Ahora, el nuevo etiquetado emplea un sistema más sencillo y, como novedad, incorpora un código QR que enlaza con una base de datos de la UE, donde los consumidores pueden encontrar más detalles sobre el producto.
Categorías más simples en el etiquetado energético
El nuevo etiquetado cuenta con categorías más simples. Con el reescalado, la clase A quedaría desierta reservándose así esta categoría para futuras mejoras tecnológicas, con el fin de incentivar la mejora continua de la eficiencia energética de los nuevos productos. De esta forma, los consumidores van a encontrar etiquetas cuya mejor puntuación sea una clase B, mientras que las etiquetas más comunes serán las de clase D e inferiores.
Para permitir la venta de las existencias existentes, las normas establecen un período de 18 meses en el que los productos que llevan la etiqueta anterior pueden seguir vendiéndose en el mercado en puntos de venta físicos. Sin embargo, para las ventas online, las etiquetas antiguas que se muestran online deberán ser reemplazadas por las nuevas dentro de los 14 días hábiles.
Desde Ecodes explican que cerca del 12% del consumo eléctrico de una vivienda se destina a la iluminación, por lo que el ahorro tras la sustitución de bombillas sería significativo. Aunque las bombillas LED más eficientes son más caras, compensarán por su menor consumo a largo plazo con una duración aproximada de 20 años. Además, pueden reemplazar cualquier tipo de bombilla antigua gracias a la variedad de modelos, formas y gama de temperaturas de color, desde iluminación cálida hasta muy fría.
Proyecto Label 2020 y proyecto BELT
Las nuevas etiquetas afectarán a una gran variedad de actores, desde fabricantes, administraciones públicas y distribuidores hasta los propios consumidores. En este contexto trabajan los proyectos europeos Label 2020 y BELT, financiados por el programa de investigación e innovación Horizonte 2020 de la Comisión Europea.
El proyecto Label 2020 busca ayudar y armonizar la transición al nuevo etiquetado energético. La iniciativa se desarrolla en 15 países europeos y en Reino Unido para dar a conocer y facilitar este cambio.
Por su parte, el proyecto BELT tiene como objetivo facilitar el período de transición a la nueva etiqueta, informando y capacitando a los principales interesados y actores del mercado, además de estimular a los consumidores a elegir productos con mejor rendimiento energético y de incentivar a los fabricantes a investigar y mejorar sus productos.
En base a las normas de diseño ecológico de la UE, la Comisión Europea también está trabajando en la actualización del etiquetado de productos que incluyen secadoras, calefactores locales, aire acondicionado, aparatos de cocina, unidades de ventilación, armarios de refrigeración profesionales, calentadores de agua y de espacio, y calderas de combustible sólido. Además, se está considerando la introducción de nuevas etiquetas energéticas para los paneles solares.