El informe ‘Políticas de energías renovables en tiempos de transición: calefacción y refrigeración’ destaca que la transición hacia soluciones de calefacción y refrigeración más limpias y sostenibles puede atraer inversiones, crear millones de nuevos puestos de trabajo y ayudar a impulsar la recuperación económica tras la crisis mundial del COVID-19.
El documento conjunto de la Agencia Internacional de Energías Renovables (Irena), la Agencia Internacional de la Energía (AIE) y la Red de Energías Renovables para el Siglo XXI (REN21) señala los beneficios, identifica las barreras a la inversión, así como las políticas para impulsar una adopción más rápida de calefacción y refrigeración renovables en todo el mundo.
El informe describe cinco posibles vías de transformación, que abarcan la electrificación basada en energías renovables, los gases renovables, la biomasa sostenible y los usos directos de la energía solar térmica y geotérmica. La publicación muestra la infraestructura y las políticas necesarias con cada vía de transición. Además de destacar las experiencias y las mejores prácticas de los países, el estudio identifica barreras y destaca las opciones de políticas para la calefacción y refrigeración renovables.
Demanda de calefacción y refrigeración
La demanda de calefacción y refrigeración representa alrededor de la mitad del consumo de energía final mundial, principalmente para procesos industriales, seguida de aplicaciones residenciales y agrícolas. En la actualidad, la mayor parte de esta energía proviene de combustibles fósiles o de usos ineficientes e insostenibles de la biomasa y, en consecuencia, la calefacción y la refrigeración son una fuente importante de contaminación del aire y representan más del 40% de las emisiones de CO2 mundiales relacionadas con la energía.
Se prevé que la demanda de calefacción y refrigeración continúe creciendo. Desde 1990, la demanda de refrigeración ya se ha triplicado a nivel mundial.
El informe indica que los responsables políticos han prestado hasta ahora una atención limitada a la transición de calefacción y refrigeración. A finales de 2019, solo 49 países, en su mayoría dentro de la Unión Europea, tenían objetivos nacionales para calefacción y refrigeración renovables, en contraste con 166 que tenían objetivos para la generación de energía renovable.
Para descarbonizar la energía utilizada para calefacción y refrigeración, el informe concluye que los paquetes de políticas integrales que eliminan gradualmente el uso de combustibles fósiles y priorizan la energía renovable y la eficiencia energética son aún más urgentes en medio de la pandemia de la COVID-19.