En junio de 2019, la Agencia Internacional de la Energía (AIE) creó la Comisión Global para la Acción Urgente sobre Eficiencia Energética, con el objetivo de acelerar el avance de la eficiencia energética a través de políticas nuevas y eficaces. Este panel tenía por delante la tarea de elaborar recomendaciones para impulsar dicho proceso y provocar un giro en la evolución de la eficiencia energética global, que en 2018 disminuyó a su tasa más lenta desde 2010. Pero en los últimos meses, la pandemia de COVID-19 ha obligado a la Comisión a centrar su trabajo en el nuevo panorama energético y a discutir el papel de la eficiencia en las políticas de estímulo que los gobiernos están desarrollando para la recuperación económica, social y ambiental.
Convocada por el director ejecutivo de la AIE, Fatih Birol, en respuesta a la desaceleración global del progreso de la eficiencia energética, la Comisión Global para la Acción Urgente se estableció en junio de 2019 durante la Cuarta Conferencia Mundial Anual de la AIE sobre Eficiencia Energética en Dublín, Irlanda. La Comisión tiene 23 miembros y está compuesta por líderes nacionales, ministros, exministros, altos ejecutivos de negocios y pensadores, bajo la dirección del primer ministro de Irlanda, Leo Varadkar.
Con el apoyo analítico de la AIE, los miembros de la Comisión Global han examinado durante su primer año cómo el progreso en la eficiencia energética puede acelerarse rápidamente a través de una acción política nueva y más fuerte por parte de los gobiernos de todo el mundo.
Incluido en las aportaciones prestadas por la AIE a la Comisión, se realizó una encuesta pública mundial sobre eficiencia energética a la que respondieron cerca de 800 personas de 80 países. Los puntos de vista reunidos en dicho estudio, que fue publicado a finales de 2019, han proporcionado información muy valiosa en el desarrollo de las recomendaciones para intensificar los esfuerzos en eficiencia energética global.
Recomendaciones de la Comisión Global
El decálogo de consejos ha sido publicado dentro de un informe que ha visto la luz en junio de este año 2020, coincidiendo con un escenario en el que muchos gobiernos están centrados en elaborar planes para reparar el daño social y económico causado por la crisis de COVID-19. Las recomendaciones de la Comisión tienen en cuenta esta nueva realidad y destacan el importante papel que puede desempeñar la eficiencia energética en la recuperación sostenible de los países.
El trabajo de la Comisión Global complementa un informe de la AIE, publicado también en junio, que describe un Plan de Recuperación Sostenible diseñado para permitir a los gobiernos impulsar simultáneamente sus economías, crear millones de empleos y poner las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero en declive estructural. Basado en un análisis realizado en colaboración con el Fondo Monetario Internacional, el nuevo informe de la AIE muestra que la eficiencia energética es un elemento esencial para lograr resultados positivos.
Durante su primer año, la Comisión Global ha recopilado las mejores prácticas políticas que han sabido aprovechar el potencial de la eficiencia energética, no sólo como pieza clave para la transición energética y la descarbonización, sino también como herramienta para la recuperación económica y social de los países afectados por la crisis de COVID-19.
Estas mejores prácticas han sido estudiadas por el panel de expertos, dando lugar al decálogo de recomendaciones presentadas por la Comisión Global durante la 5ª Conferencia Mundial Anual sobre Eficiencia Energética de la AIE, celebrada el pasado 23 de junio de forma virtual.
En este encuentro, quince ministros de todo el mundo expusieron diferentes iniciativas políticas que explotan los beneficios de la eficiencia energética y estimulan su crecimiento. Estos oradores de alto nivel aportaron, además, una amplia variedad de perspectivas de gobiernos, empresas y organizaciones internacionales.
Durante el discurso de apertura de la 5ª Conferencia, Fatih Birol, director ejecutivo de la AIE, declaró que la Agencia ve la eficiencia energética como un recurso crucial de energía limpia, con un enorme potencial sin explotar para ayudar al mundo a situarse en un camino más seguro y sostenible. Es por esa razón, que la AIE formó la Comisión, «con el fin de detectar las mejores prácticas en políticas energéticas y hacer recomendaciones viables para estimular el crecimiento urgente de la eficiencia energética», añadió Birol.
Recomendaciones
Los diez consejos aportados por la Comisión Global para la Acción Urgente sobre la Eficiencia Energética
- Priorizar acciones transversales de eficiencia energética por sus beneficios económicos, sociales y ambientales. Un enfoque político más fuerte que involucre a todo el gobierno mejorará el desarrollo social y económico, la seguridad y resiliencia energéticas, la descarbonización y la creación de empleo.
- Actuar para desbloquear el potencial de creación de empleo en el sector de la eficiencia. La eficiencia energética puede generar muchos puestos de trabajo en poco tiempo y convertirse en un sector de empleo sostenible a largo plazo.
- Crear una mayor demanda de soluciones de eficiencia energética. Las acciones en materia de eficiencia podrán extenderse de una manera más rápida si se estimula la demanda de productos y servicios eficientes, permitiendo así que el mercado alcance mayores niveles de actividad.
- Centrarse en las finanzas desde una perspectiva más amplia. La movilización de capital es un elemento esencial en la acción sobre eficiencia energética y las políticas para en esta materia serán mucho más efectivas si forman parte de un enfoque holístico y coherente que impulse el mercado.
- Aprovechar la innovación digital para mejorar la eficiencia de todo el sistema energético. Los formuladores de políticas pueden aprovechar el potencial de la innovación digital para permitir un control inteligente, una mejor gestión de la energía y una optimización más amplia del sistema energético.
- El sector público debe liderar con el ejemplo. Las administraciones públicas deberían dar ejemplo a los ciudadanos a través de inversiones en eficiencia energética, impulsando la innovación y utilizando los estándares más altos a su alcance.
- Involucrar a todas las partes de la sociedad. Para el éxito de las medidas de eficiencia energética, es importante que se lleven a cabo en todos los niveles de la sociedad, involucrando a ciudades, negocios y comunidades locales.
- Aprovechar las ciencias de comportamiento humano para una política más efectiva. El ciudadano está en el centro de las actuaciones para la eficiencia energética y el conocimiento de las ciencias de la conducta pueden ayudar a diseñar políticas más inteligentes y efectivas.
- Fortalecer la colaboración internacional. La cooperación y el intercambio de mejores prácticas entre los países permiten aprender unos de otros y armonizar enfoques y estándares cuando sea apropiado.
- Elevar los objetivos globales de eficiencia energética. Los gobiernos deberían ser significativamente más ambiciosos tanto a corto como a largo plazo al establecer sus objetivos, políticas y acciones de eficiencia energética.
El poder transformador de la eficiencia energética
En la redacción de estas recomendaciones, y como miembro de la Comisión Global, ha participado la vicepresidenta cuarta del Gobierno de España y ministra para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera, quien también ha estado presente de forma telemática en la Conferencia Anual de la Agencia Internacional de la Energía.
Durante este encuentro, la ministra Ribera ha destacado el poder transformador que tienen los programas de eficiencia energética, especialmente en el caso de los colectivos vulnerables, y ha defendido la necesidad de combinarlos con acciones en otros terrenos, como el de la digitalización, ya que a través de la tecnología es posible alcanzar ahorros por encima del 10% empleando datos en tiempo real. A su juicio, se trata de ámbitos que constituyen un motor para la creación de empleo y que son necesarios en un momento de reactivación económica como el que estamos viviendo.
En particular, Ribera ha hecho hincapié en la necesidad de involucrar al conjunto de la sociedad en las medidas de eficiencia energética y ha animado a plantear proyectos integrales, dado que son especialmente interesantes en un contexto de recuperación.
La ministra también apuesta por trabajar no sólo en el ámbito regulatorio, sino también en crear señales fiscales adecuadas que impulsen la innovación financiera hacia modelos más eficientes.
Por último, Teresa Ribera ve necesario que las iniciativas de eficiencia energética formen parte del proceso de Recuperación Verde que se está diseñando en la Unión Europea.