En la última década, la producción anual de pellets ha seguido una tendencia ascendente, alcanzando en 2019 un volumen récord de 714.000 toneladas, cifra que supone un incremento del 21% respecto a 2018. Así lo atestigua el Informe Pellets 2020 elaborado por la Asociación Española de Valorización Energética de la Biomasa (Avebiom). De seguir con esta tendencia, en 2022 la producción de pellets en España podría situarse por encima de 900.000 toneladas.
Avebiom elabora cada año un informe estadístico sobre la situación del mercado del pellet en España con datos sobre producción y consumo de este combustible biomásico a nivel estatal y por comunidades autónomas. Parte de esa información se muestra de forma gráfica en el Mapa de los Biocombustibles Sólidos. Además, los datos y los gráficos que aparecen en este documento son parte de la contribución de esta organización al informe estadístico europeo que anualmente edita Bioenergy Europe (Asociación Europea de la Biomasa).
Producción
En este documento, la información sobre la producción de pellet se desglosa en número de plantas operativas, capacidad máxima teórica y producción real en el último año. También se ofrece una visión de la evolución de los certificados ENplus desde 2010, el año de inicio de su implantación en España.
Uno de los datos más destacables se refiere a la tendencia al alza del mercado del pellet en España en la última década, una evolución que queda patente tanto en el número de plantas operativas como de volumen producido.
En 2019 había en España 82 fábricas de pellets activas, frente a las 29 que existían en 2010, lo que supone un crecimiento cercano al 183% (182,75%) en 10 años. Según las estimaciones de la asociación, el número de plantas de producción operativas en el mes de marzo de este año 2020 se sitúa en 84 y, de seguir así, en 2022 podría llegar a 88 la cantidad de instalaciones.
El estudio de Avebiom también tiene en cuenta la capacidad máxima teórica de las plantas. Este dato refleja el volumen máximo de toneladas que una fábrica puede generar, en función de sus granuladoras o secaderos, en el hipotético caso de que trabajara 8.000 horas al año.
La comparación entre la capacidad máxima teórica y la producción real brinda un dato interesante sobre la evolución del mercado de pellets. En este sentido, las 29 fábricas que existían en 2010 presentaban una diferencia abismal entre el volumen de pellets que podrían haber generado, 900.000 toneladas, y el volumen real, que fue de 150.000 toneladas. Diez años después, de las 82 plantas operativas podrían haberse obtenido 1.878.400 toneladas, generando finlamente 714.000 toneladas.
Se observa cómo, año tras año, la brecha entre la producción teórica y la real ha ido disminuyendo, de tal manera que en 2019 las fábricas tenían capacidad para producir algo más del doble de lo realmente producido, mientras que en 2010 la capacidad máxima teórica era siete veces mayor que la real.
La explicación a esta tendencia se podría encontrar en los avances tecnológicos que se han ido implementando en los procesos de producción y que han permitido mejorar tanto el rendimiento de las plantas como la capacidad de respuesta de la industria del pellet a las demandas de un mercado que, año tras año, ha ido manifestando mayor interés en los sistemas de calefacción alimentados con este tipo de biocombustible sólido.
Consumo
Entrando ya en el ámbito del consumo de pellets para usos térmicos, el informe muestra dos grupos: calefacción residencial (<50 kW) y calefacción comercial (> 50 kW). También se informa sobre los formatos de venta y las cantidades importadas y exportadas.
En 2010, las 10.000 toneladas consumidas se destinaron íntegramente a calefacción residencial. La rápida aceptación que las estufas domésticas de pellet tuvieron en el mercado español impulsó la venta de pellet, lo que hizo que el consumo se multiplicara por 12 en los dos años siguientes. Animado por los numerosos beneficios económicos y medioambientales de los biocombustibles sólidos, el sector comercial entró en el mercado con un consumo de 50.000 toneladas en 2012.
A partir de ahí, la demanda de pellets en España ha ido creciendo exponencialmente a lo largo de toda la década, hasta situarse en las 675.000 toneladas consumidas en 2019. Avebiom estima que en 2022 se podría llegar a la cifra de 800.000 toneladas de pellets utilizados por los sistemas de calefacción.
El impacto del COVID-19 y previsiones
Además de ser un año récord en términos de producción, Avebiom destaca que 2019 también lo ha sido en volumen importado desde Portugal. Un exceso de producción en el país vecino, provocado por una menor demanda del mercado británico, ha facilitado la entrada en España de 160.000 toneladas de pellet.
Tal y como explica la asociación, este aumento de la importación, unido al suave otoño en España, ha provocado que los almacenes de fabricantes y distribuidores españoles estuvieran llenos y que las plantas no hayan dudado en ajustar el ritmo de fabricación para adaptarse a la demanda actual.
Por otro lado, a causa del COVID-19 se ha ralentizado la instalación de nuevas calderas y estufas de pellets, por lo que se espera que el aumento del consumo en España durante 2020 se quede en el 2%, cuando la tendencia del crecimiento medio del consumo de pellet en España en los últimos tres años fue del 12%.
No obstante, Avebiom considera que las expectativas para 2022 son mucho más optimistas que para 2020. A pesar del anormal desplome de los precios del petróleo, el mercado espera una serie de medidas legislativas que podrían impulsar el uso de las energías renovables en los próximos años, beneficiando al sector del pellet que para 2022 se estima que alcance las 900.000 toneladas.