La compañía Endesa ha finalizado la fase de desarrollo y validación con usuarios reales del proyecto CONFIA, un proyecto que, gracias a la tecnología de blockchain, va a permitir agilizar al máximo la tramitación de los casos de pobreza energética.
CONFÍA cuenta con la colaboración del Ayuntamiento de Málaga, municipio donde se desarrollará la experiencia piloto; este primer test se ha llevado a cabo en colaboración con la Universidad de Málaga y del ayuntamiento. Además, han participado en el desarrollo Ayesa e Izertis, empresas punteras a nivel internacional en Blockchain.
El proyecto CONFÍA tiene como finalidad que los servicios sociales municipales puedan detectar antes a los consumidores que puedan acceder al Bono Social como consumidor vulnerable, y conocer de forma sencilla la deuda pendiente de pago para que puedan beneficiarse de las ayudas establecidas por ley.
Agilización de los trámites
Hasta ahora, el procedimiento establecía numerosas tramitaciones en el caso de que se produjera un impago. El complejo proceso establecido requería gestiones entre varios agentes que no llegaban a disponer de una visión global del estado del proceso, ni conocer con certeza y de forma sencilla la deuda acumulada, por lo que se podía ralentizar la tramitación de ayudas por parte de los servicios sociales municipales, dificultando la operatividad de los trabajadores sociales, que son los más cercanos a las personas en situación de vulnerabilidad.
El uso de la tecnología blockchain facilitará los trámites, permitiendo el flujo inmediato de información. Gracias a la aplicación del proyecto CONFÍA, el Ayuntamiento de Málaga tendrá la información en tiempo real, recibiendo al instante los datos de las personas que han incurrido en un impago del suministro eléctrico.
Datos en tiempo real
Los servicios sociales, a su vez, podrán cruzar al instante esta información con su propia base de datos y contactar con la compañía para evitar un corte del suministro si se constata que se trata de un consumidor que cumple con los criterios para beneficiarse de las ayudas para consumidores vulnerables severos en riesgo de exclusión social.
Las primeras pruebas han demostrado que se pueden tener los datos desde el primer momento en que se produzcan los impagos en un sistema descentralizado, seguro, inmutable, compartido y trazable, lo que permitirá, incluso, que sean los propios servicios sociales quienes detecten a los consumidores vulnerables y contacten con las familias afectadas para gestionar las ayudas, y no a la inversa, agilizando de forma considerable toda la tramitación y mejorando la atención que reciben las familias afectadas.