Almacenar electricidad en forma de calor para convertirlo de nuevo en electricidad puede ser una solución rentable para el autoconsumo fotovoltaico en domicilios, proporcionando importantes ahorros en electricidad y calefacción, según un estudio desarrollado por la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) en colaboración con la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC).
El estudio ha sido publicado por investigadores del Instituto de Energía Solar de la UPM (IES-UPM), quienes concluyen que este sistema de autoconsumo fotovoltaico residencial de baterías térmicas podría proporcionar ahorros de entre el 70 y el 80% en electricidad y entre el 15 y el 20% en calefacción.
Los investigadores también estiman que la rentabilidad puede ser incluso mayor en aplicaciones de gran tamaño, como pueden ser centros comerciales, hospitales o fábricas, donde la economía de escala permita reducir aún más los costes del sistema y aprovecharse, además, de costes de generación fotovoltaica mucho menores.
Baterías térmicas vs. baterías electroquímicas
«Si la electricidad es suficientemente barata, convertir dicha energía en forma de calor para luego convertirla de nuevo a electricidad puede ser más rentable que hacerlo mediante baterías electroquímicas, aunque éstas sean mucho más eficientes. La razón es que almacenar energía en forma de calor es extremadamente más barato que hacerlo en baterías electroquímicas. Hasta 100 veces menos. Además, el calor que no se puede convertir en electricidad puede aprovecharse para producir agua caliente o, incluso, para alimentar un sistema de absorción para refrigeración en verano», señala Alejandro Datas, miembro del IES-UPM y principal autor de este estudio.
Alejandro Datas opina que almacenar energía eólica o fotovoltaica en forma de calor no sólo permitirá un ahorro sustancial del coste de la acumulación, sino que también permitirá satisfacer parte de esta gran demanda de calor mediante fuentes renovables. Por tanto, desarrollar este tipo de sistemas puede ser clave para reducir nuestra dependencia de los combustibles fósiles, tanto en el sector eléctrico como en el térmico, destaca el científico.
Primeros prototipos
Los investigadores ya han empezado a dar los primeros pasos para fabricar este nuevo tipo de baterías. Durante los últimos tres años han coordinado el proyecto europeo AMADEUS, en el que, junto con otros siete centros de investigación europeos, han construido un primer prototipo a escala de laboratorio.
Una vez terminado el proyecto, la Comisión Europea ha decidido aportar financiación adicional para realizar un estudio de mercado y analizar su posible explotación comercial.
A partir de septiembre de este año, los investigadores del IES-UPM, con el apoyo de la consultora francesa Ayming, tratarán de identificar las necesidades de mercado que condicionarán el diseño de los primeros prototipos funcionales. Mientras tanto, están buscando socios industriales interesados en colaborar para fabricar esos primeros prototipos.