El 1 de abril entraron en vigor los requisitos de diseño ecológico de las fuentes de alimentación externas establecidos en el Reglamento (UE) 2019/1782 de la Comisión Europea, cuyo objetivo es aumentar la eficiencia energética de estos dispositivos presentes en multitud de aparatos electrónicos y pequeños electrodomésticos. Como resultado de esta medida, los consumidores europeos podrán ahorrar en sus facturas energéticas, ayudar a alcanzar los objetivos de ahorro de energía en toda la UE y reducir las emisiones.
Como muchos de nuestros lectores ya saben, las fuentes de alimentación externas son adaptadores de corriente utilizados para convertir la electricidad de la red eléctrica doméstica en voltajes más bajos, siendo muy comunes en los hogares europeos, con un promedio de diez por hogar y más de dos mil millones en total en la UE.
Ahorro final de energía de 4 TWh/año para 2030
Las nuevas normas de la UE harán que estas fuentes de alimentación externas sean más eficientes energéticamente, alineándolas con los más altos estándares en todo el mundo. Se espera que se generen ahorros de electricidad de más de 4 TWh/año para 2030, suficiente para alimentar a toda Letonia durante un mes -según cita la Comisión Europea-. Este ahorro energético evitará la emisión de más de 1,4 millones de toneladas de CO2 por año a partir de 2030.
Las fuentes de alimentación externas se utilizan, por ejemplo, en electrónica de consumo (teléfonos inteligentes, altavoces, sistemas de sonido, televisores, etc.), productos de TIC (módems, enrutadores, computadoras portátiles, tabletas, pantallas electrónicas, etc.), pequeños electrodomésticos de cocina (licuadoras, exprimidores, etc.) y productos de uso personal (afeitadoras, cepillos de dientes eléctricos).
Etiquetado energético y diseño ecológico
La regulación de diseño ecológico para fuentes de alimentación externas es parte de un paquete más amplio de medidas adoptadas el año pasado, que consta de diez normas de diseño ecológico y seis de etiquetado energético. Se espera que el paquete completo genere un total de 167 TWh de ahorro final de energía por año para 2030.
Los ahorros acumulados corresponden a una reducción de más de 46 millones de toneladas de CO2 equivalente por año a partir de 2030.