Cada hogar europeo podría ahorrar anualmente alrededor de 465 euros en su factura energética si estuviera equipado con electrodomésticos de alta eficiencia. En conjunto, Europa podría ahorrar cerca de 100 mil millones de euros en 2020, según cálculos de la Comisión Europea. Sin embargo, el consumidor no siempre tiene en cuenta la calificación energética de un producto en el momento de su adquisición, ni es consciente de los ahorros económicos que puede obtener a largo plazo. Para entender esta brecha, y bajo el paraguas del programa Horizonte 2020, en diciembre de 2016 arrancó el proyecto Conseed, CONSumer Energy Efficiency Decision Making.
El proyecto de investigación Conseed ha sido dirigido por el Trinity College de Dublín (Irlanda) y ha incluido instituciones de investigación de otros cuatro países europeos: Centro CICERO para la Investigación Internacional del Clima en Noruega, Centro Vasco para el Cambio Climático (BC3) en España, Universidad de Ljubljana en Eslovenia y Universidad Agrícola de Atenas de Grecia.
Conseed ha sido financiado por el Programa Marco de investigación e innovación de la Unión Europea Horizonte 2020 bajo el acuerdo de subvención número 723741.
Durante 36 meses, el consorcio de Conseed ha investigado las causas de la denominada «brecha de eficiencia energética» y ha intentado comprender el comportamiento del consumidor en la toma de decisiones de compra. El fin último del proyecto es encontrar la manera más efectiva para que el consumo energético de los electrodomésticos sea un factor relevante a la hora de decantarse por un producto.
Comportamiento del consumidor ante el etiquetado de eficiencia energética
La Unión Europea se ha propuesto para 2020 un objetivo de ahorro de energía del 20%, cifra que deberá llegar al 27% en 2030. En este contexto, los resultados del proyecto Conseed son vitales para promover un comportamiento más eficiente en el uso final de la energía, contribuyendo así a la consecución de los objetivos europeos.
Para informar sobre el consumo energético de los productos, la Comisión Europea ha establecido un sistema de etiquetado de eficiencia energética en el punto de venta. Sin embargo, se sabe poco acerca del efecto de las etiquetas energéticas en la toma de decisiones, ni de las percepciones del consumidor sobre los costes y beneficios de la eficiencia energética. También se desconoce cómo estos factores varían según el grupo de consumidores y el tipo de producto.
Para conocer el comportamiento del consumidor, el proyecto ha recopilado datos empíricos a través de una variedad de métodos diferentes en cinco países europeos: Grecia, Irlanda, Noruega, Eslovenia y España.
Estos métodos han consistido en encuestas, experimentos de campo y experimentos de elección discreta para comprender la amplia gama de factores que influyen en la toma de decisiones.
La investigación ha cubierto varios grupos de consumidores, incluidos hogares y profesionales de los sectores de servicios, agrícola e industrial. La base de datos integral de datos empíricos ha permitido examinar cómo interactúan los diferentes grupos de consumidores con las etiquetas y certificados de eficiencia energética existentes, e identificar áreas donde se pueden mejorar las políticas.
La eficiencia energética, el segundo factor más valorado en España
Aunque las encuestas en Europa se han centrado en tres grupos de productos (electrodomésticos, vehículos y edificios), en España, Conseed se ha centrado en los electrodomésticos (lavadoras, lavavajillas y frigoríficos) y se ha desarrollado a través de grupos de discusión, encuestas a consumidores y un experimento de campo con minoristas.
La encuesta en España observa que la eficiencia energética es el segundo atributo más valorado, después del precio, a la hora de comprar una lavadora. Aunque los hogares no están muy concienciados sobre qué es la eficiencia energética y qué supone, sí que conocen la actual etiqueta de eficiencia energética. Sin embargo, muestran cierta desconfianza hacia ella por una posible manipulación de los fabricantes.
Los encuestados españoles parecen tener dificultades a la hora de entender los ahorros potenciales que podrían tener con la compra de un electrodoméstico más eficiente. De hecho, la mayoría de los hogares encuestados desconoce el precio de la energía en España.
Bajo este contexto, el estudio indica que las familias de nuestro país parecen valorar positivamente el disponer de información sobre los ahorros económicos durante la vida útil del electrodoméstico. Aunque no parece que esta información adicional vaya a cambiar significativamente su nivel de confianza hacia ella, matiza el estudio.
El experimento de campo en España exploró cómo las ventas de frigoríficos, lavavajillas y lavadoras más eficientes aumentaron al proporcionar información sobre los ahorros energéticos (en euros) durante la vida útil.
Mayor inversión, mayor eficiencia energética
Al investigar cómo los consumidores usan la información sobre el uso de energía cuando compran un automóvil, una casa o un electrodoméstico, Conseed identificó resultados positivos en los sectores de los edificios y el automóvil. No puede decirse lo mismo de los electrodomésticos, donde atributos como precio y capacidad siguen siendo centrales en la elección del consumidor.
Numerosos estudios muestran que, una vez implementado el sistema de etiquetado de eficiencia energética, los consumidores suelen estar dispuestos a pagar una prima adicional por mayores niveles de eficiencia. Y en concreto, ofrecer información sobre ahorros energéticos futuros en unidades monetarias contribuye a aumentar las ventas de electrodomésticos energéticamente más eficientes.
En consecuencia, los investigadores de Conseed también han examinado qué pasaría si las etiquetas de eficiencia energética de los electrodomésticos aportaran información en euros en lugar de en kilovatios hora. Los resultados obtenidos demuestran que, conociendo en el punto de venta los ahorros a largo plazo en términos monetarios, los consumidores estarían dispuestos a pagar una prima adicional por mayores niveles de eficiencia energética.
Recomendaciones
Basándose en los datos obtenidos, el proyecto brinda una serie de recomendaciones para mejorar el comportamiento del consumidor a la hora de adquirir un electrodoméstico.
En primer lugar, se aconseja poner a disposición del consumidor en el punto de venta estimaciones del coste energético potencial, en particular, para adquisiciones de un cierto precio tales como edificios y vehículos.
Aunque con algunas excepciones, la investigación muestra que, en general, la demanda de productos con niveles de eficiencia energética altos aumenta cuando se dispone de estimaciones de los costes energéticos (por ejemplo, el coste energético anual en euros) y están visibles en los puntos de venta.
El efecto de las etiquetas monetarias suele ser mayor en la adquisición de productos cuya inversión inicial es mayor, como por ejemplo las viviendas y los coches, y en los que el gasto energético medio representa una proporción mayor del gasto total por hogar. Las etiquetas energéticas que incorporan información monetaria tienen potencial para mejorar la eficiencia energética en la Unión Europea.
En segundo lugar, se recomienda que el etiquetado tenga en cuenta las diferencias en hábitos de consumo entre países y hogares. Las estimaciones de consumo energético podrían incorporar factores específicos del país o del hogar como las diferencias ambientales entre países que afecten al consumo, diferencias en hábitos de consumo en los países, y entre los consumidores y los cambios en el comportamiento esperados una vez implementados estos.
A pesar de que no se ha analizado formalmente en Conseed, se estima que sí es posible la desconfianza potencial respecto al etiquetado mediante la adecuación de la información para cada hogar mediante el uso de apps y calculadoras de energía online.
En tercer lugar, se aconseja alinear las condiciones de los préstamos con los largos periodos de retorno de las inversiones en eficiencia energética. La asequibilidad y el acceso a financiación preocupan a muchos hogares y empresas.
La financiación a largo plazo para inversiones en eficiencia energética debe estar disponible, por ejemplo, a través del sistema bancario o los proveedores de tecnologías energéticamente eficientes. Es importante que el diseño de los préstamos considere que el periodo de recuperación de las inversiones en eficiencia energética puede ser más largo que las condiciones recogidas en los préstamos tradicionales al consumo.