A principios de noviembre, la Agencia Internacional de Energía, AIE, publicó su informe anual sobre la eficiencia energética, Energy Efficiency 2019, según el cual la intensidad de la energía primaria global, un indicador importante de cuánto utiliza la energía la actividad económica mundial, mejoró solo un 1,2% en 2018, la tasa más lenta desde el comienzo de esta década. Dicha tasa, muy por debajo del 3% anual recomendado para lograr los objetivos globales de energía y clima, exige medidas entre las cuales la digitalización del sector energético tiene un papel protagonista.
La eficiencia energética tiene un tremendo potencial para impulsar el crecimiento económico y evitar las emisiones de gases de efecto invernadero, informa la AIE, pero la tasa de progreso global se está desacelerando, una tendencia que tiene importantes implicaciones para los consumidores, las empresas y el medio ambiente, según se explica en este nuevo informe.
El índice de mejora de la eficienca energética ha disminuido durante tres años seguidos, dejándolo muy por debajo del mínimo del 3%, porcentaje que el análisis de la AIE considera fundamental para lograr los objetivos globales de clima y energía. Si esta tasa hubiera alcanzado el 3% durante ese período, el mundo podría haber generado otros 2,6 billones de dólares de producción económica por la misma cantidad de energía.
En palabras de Fatih Birol, director ejecutivo de la AIE, esta tasa es la más baja que se ha registrado desde 2010 y exige una respuesta audaz por parte de los responsables políticos y de los inversores. «Se necesitan políticas ambiciosas para estimular la inversión y utilizar las tecnologías existentes a escala global», afirma Birol.
La digitalización incrementa el valor de la eficiencia energética
Energy Efficiency 2019 examina en detalle las razones de la reciente desaceleración en el progreso de la eficiencia y concluye que se trata de una combinación de tendencias sociales y económicas, junto con factores específicos como el clima extremo.
Al mismo tiempo, el informe añade que las medidas políticas y las inversiones no logran avanzar al mismo ritmo al que crece la demanda de energía. Por lo tanto, se requiere que el pensamiento político vaya más allá de los enfoques tradicionales. En este aspecto, la Agencia advierte sobre la necesidad de impulsar el despliegue de las tecnologías digitales tanto en la economía como en los sistemas energéticos, ya que de esta manera se pueden maximizar las mejoras en la tasa de eficiencia energética.
El informe dedica un enfoque especial a la digitalización y a la manera en que este fenómeno está transformando la eficiencia energética y aumentando su valor. Al tiempo que las tecnologías digitales multiplican las interconexiones entre edificios, electrodomésticos, equipos y sistemas de transporte, aumentan las posibilidades de mejorar la eficiencia energética. Si bien la eficiencia en estas áreas siempre ha tenido beneficios para los sistemas de energía, la digitalización permite que estos beneficios se midan y valoren de manera más rápida y precisa, matiza la AIE.
No obstante, el informe también señala que los beneficios de la digitalización en la eficiencia energética dependerán en gran medida de las políticas diseñadas y de la capacidad del sector para responder a los grandes desafíos que se le plantean, como por ejemplo el riesgo de una mayor demanda de energía por el creciente uso de dispositivos digitales. En otras palabras, las políticas energéticas deberán ser capaces de responder a las enormes oportunidades que abre la digitalización y, a la vez, deberán tener capacidad de respuesta ante los grandes desafíos que este fenómeno supone.
La respuesta de la Agencia Internacional de la Energía
El compromiso de la AIE para avanzar en la eficiencia energética a nivel global incluye esfuerzos sostenidos en el tiempo con el firme propósito de que exista mayor capacidad a la hora de formular políticas inteligentes en las economías emergentes. Por esa razón, el año pasado, la Agencia capacitó a unos 500 técnicos en formulación de políticas en un centenar de países. Un ejemplo reciente notable es la primera semana de capacitación en eficiencia energética de la AIE en África subsahariana, que tuvo lugar del 14 al 17 de octubre en Pretoria, Sudáfrica.
La necesidad de una acción más eficaz por parte de los agentes públicos y privados respalda el trabajo de la Comisión Global para la Acción Urgente sobre Eficiencia Energética, que la AIE anunció el pasado mes de julio.
La Comisión Global para la Acción Urgente para la eficiencia energética se estableció el 24 de junio de 2019 durante la reunión anual de la Conferencia Mundial sobre la eficiencia en Dublín, Irlanda.
Encabezado por el primer ministro irlandés, Leo Varadkar, este grupo de expertos incluye líderes nacionales, ministros del gobierno y altos ejecutivos de negocios, con el objetivo de elaborar recomendaciones sobre cómo lograr avances importantes en la política de eficiencia energética. Los resultados de este trabajo se darán a conocer el próximo verano de 2020.
El Club del Tres por Ciento
La desaceleración en la eficiencia energética también es la razón clave que ha impulsado la creación del Three Percent Club. Esta iniciativa, promovida por la AIE, ya incluye una quincena de países que han manifestado su compromiso de ayudar al mundo a alcanzar un camino de mejoras anuales del 3% en la intensidad energética.
Los gobiernos de los países firmantes se comprometen a tomar medidas políticas más enérgicas para poner al mundo en una senda de mejora de la eficiencia anual del 3%. Los miembros del club pretenden utilizar de una manera ambiciosa todos los medios necesarios y disponibles, como agregar acciones y compromisos específicos de eficiencia energética en los planes nacionales o brindar apoyo financiero y técnico a otras regiones con difultades para alcanzar el objetivo.
La alianza cuenta con el apoyo de las instituciones financieras y del sector privado, acuerdan establecer objetivos públicos de mejora de la eficiencia energética para sus propias operaciones de manera coherente con el logro de una mejora anual de la eficiencia energética del tres por ciento, y participar en una coalición de organizaciones internacionales que apoyarán el desarrollo de políticas y la implementación de proyectos a través de asistencia técnica y compromiso nacional.
Actualmente, los 15 países que participan en la coalición del Three Percent Club son Argentina, Colombia, Dinamarca, Estonia, Etiopía, Ghana, Honduras, Hungría, India, Irlanda, Italia, Kenia, Portugal, Senegal y el Reino Unido.