En 2035, el parque inmobiliario de la administración catalana se proveerá íntegramente de energía limpia. Los ahorros obtenidos con esta medida se reinvertirán en políticas para mitigar la pobreza energética. Con estas dos ideas se puede resumir la Estrategia de Servicios Energéticos para equipamientos e infraestructuras de la Generalitat, presentada el pasado 20 de junio por el vicepresidente del gobierno catalán y consejero de Economía y Hacienda, Pere Aragonés.
La finalidad de la Generalitat es acelerar el cambio de modelo energético para dar respuesta a la situación de emergencia climática, en línea con las directrices marcadas por la Unión Europea en la Estrategia «Energía y clima» también conocida como Agenda 2030, y el acuerdo de gobierno catalán del pasado diciembre por el que se aprueba el Plan de Ahorro y Eficiencia Energética en los Edificios y Equipamientos de la Generalitat 2018- 2020.
La Estrategia de Servicios Energéticos para equipamientos e infraestructuras está diseñada en torno a un doble objetivo: por un lado, promover la eficiencia y la generación de energía renovable en el conjunto del parque inmobiliario autonómico de forma que todos sus inmuebles se provean de energía limpia y de proximidad en el año 2035, anticipando las metas marcadas por la Unión Europea (2050).
Por otro lado, se pretende que el cambio de modelo energético sea justo y tenga su retorno a la sociedad, de ahí que parte de los ahorros generados se detinen a la mitigación de la pobreza energética.
El departamento de la Vicepresidencia y de Economía y Hacienda ha encargado la coordinación de esta estrategia a la empresa pública Infraestructures.cat tanto por su experiencia en la construcción y gestión de equipamientos públicos como en orientar las prácticas constructivas hacia la sostenibilidad. Para ello, dentro de su estructura organizativa se creará una División de Servicios Energéticos.
Tres ámbitos de actuación
La Estrategia de servicios energéticos a los equipamientos e infraestructuras de la Generalitat incluye tres ámbitos de actuación. En primer lugar, activar el parque de inmuebles autonómicos, haciendo un análisis de los recursos disponibles que se puedan movilizar para hacer la transición energética y promover la energía limpia.
Esto se hará, principalmente, a partir de la generación de energía solar fotovoltaica en las cubiertas y fachadas de los equipamientos de la Generalitat, y mediante la aplicación de otras medidas de eficiencia energética y la digitalización del control de los equipamientos que permita un análisis de los datos y la optimización del consumo energético.
El segundo ámbito de actuación pretende facilitar la colaboración público-privada con la ciudadanía para poder llevar a cabo inversiones bajo varios modelos de financiación combinados entre sí: apoyo del Instituto Catalán de Finanzas (ICF), inversión pública directa, colaboración pública-privada con retribución mediante ahorros o cesión de tejados de equipamientos públicos a terceros.
Se promoverá también la compra innovadora de la energía, potenciando los acuerdos bilaterales, y la administración adquirirá una función facilitadora y mediadora ante los diferentes agentes implicados en el cambio de modelo.
En tercer lugar, se pretende promover el retorno social del cambio de modelo energético a partir de la educación y la sensibilización de la población, especialmente en las escuelas, informando a la ciudadanía de la energía ahorrada y renovable generada.
Este tercer ámbito de actuación se hará, por ejemplo, instalando pantallas con información sobre la energía generada a lugares visibles de la escuela para la formación del alumnado. También se pondrá en valor los excedentes del autoconsumo y el ahorro derivado de mejorar la eficiencia energética. De hecho, parte de la energía no consumida localmente podrá ser utilizada para crear un banco de energía con el objetivo de compensar los hogares vulnerables.
Oleadas de implantación de la estrategia
Las actuaciones se desarrollarán en tres fases dentro del marco institucional del Plan de Ahorro y Eficiencia Energética de los Edificios y Equipamientos de la Generalitat 2018-2022.
Para acelerar el cambio de modelo energético, la Generalitat contará con la colaboración de la Dirección General de Patrimonio y del ICAEN, así como con la experiencia y el capital de conocimiento de Infraestructures.cat para orientar las prácticas constructivas hacia la sostenibilidad.
La necesidad de emergencia climática ha llevado a implementar la estrategia siguiendo un calendario de actuaciones que se llevarán a cabo en tres oleadas:
2019-2021
Entre las primeras medidas, destaca la instalación de placas fotovoltaicas para el autoconsumo a 43 institutos de secundaria de toda Cataluña, con una inversión de 4 millones de euros y una potencia total acumulada de 3,5 MW en régimen de autoconsumo.
También se prevé licitar la instalación de placas fotovoltaicas para autoconsumo a 70 equipamientos -centros de atención primaria e institutos- de las Tierras del Ebro y Campo de Tarragona, a partir de la colaboración público-privada. La inversión prevista es de 9 millones de euros con una potencia total acumulada de 6,6 MW en régimen de autoconsumo.
Durante este periodo se creará el Fondo Energético de la Generalitat en el que se ingresarán los ahorros derivados de la implantación de medidas de eficiencia energética y de comercialización de excedentes renovables. El 50% de estos recursos se reinvertirán para acelerar la transición energética y el 50% restante se destinará a un banco de energía creado para mitigar situaciones de pobreza energética.
Infraestructures.cat también ha licitado la realización de auditorías energéticas en centros penitenciarios catalanes para implementar actuaciones de mejora energética -en particular biomasa y fotovoltaica- en función de las necesidades de cada uno de los centros.
2025
La estrategia prevé que a mediados de la década de 2020 esté electrificada una fracción de los tejados del parque inmobiliario con el objetivo de obtener, como mínimo, el 5% del total de la energía que consume la Generalitat. En total serán unos 1.200 equipamientos con una superficie en cubierta de 1.000 metros cuadrados de media y un potencial fotovoltaico de 50MW instalados que generarían anualmente 65 GWh.
El proyecto incorpora monitorización y retorno de información a la ciudadanía y usuarios de los edificios, fijando objetivos anuales de reducción de consumo e introduciendo técnicas de motivación social, como la comparativa entre equipamientos similares, para promover el cambio de hábitos.
Para hacerlo posible, se hará uso de una combinación de modelos público-privado-ciudadanos. Por un lado, se cederán tejados para la inversión privada y ciudadana. Por otro, se promoverá la finaciación por parte de las comunidades locales.
Para ello, se llevarán a cabo contratos bilaterales con nuevas plantas de generación de energía limpia y de proximidad por el resto de demanda anual.
2035
Paralelamente a las acciones anteriores, se impulsarán otras iniciativas con el fin de que el sector público se convierta en un factor acelerador del cambio de modelo energético.
En consecuencia, la Generalitat prevé implantar progresivamente y desde ahora sistemas de producción de energías renovables y, singularmente, instalaciones fotovoltaicas para proveer en 2035 su parque inmobiliario íntegramente con energía limpia y de proximidad.
Con este objetivo, y paralelamente a las acciones anteriores, se movilizará con urgencia el potencial del patrimonio de la Generalitat de Cataluña, a fin de que el sector público se convierta en un factor acelerador del cambio de modelo energético.
Así se procederá a determinar la dotación de superficies susceptibles de implantación de fotovoltaica a tierra para instalaciones de elevada potencia, al tiempo que para el aprovechamiento de otras fuentes de energías renovables, conjuntamente con los agentes públicos y privados de todo el territorio.
En las zonas de mayor potencial de implantación de fotovoltaica en el suelo, se proyectarán las instalaciones de acuerdo también con las necesidades específicas del territorio. Es decir, atendiendo al potencial de aprovechamiento renovable a los regadíos y comunidades de regantes y atendiendo a las transformaciones socioeconómicas derivadas del cambio climático.
También se establece que en la contratación de energía se incorporarán cláusulas de proximidad que incentiven la producción local y reduzcan al mínimo las pérdidas producidas en la red de distribución.
En este sentido, se perfeccionarán los acuerdos bilaterales de forma que la cobertura de las necesidades energéticas a los equipamientos de las zonas urbanas sea atendida por la producción en ámbitos cercanos, convirtiéndose en una herramienta de vertebración territorial y de beneficio mutuo.