La Universidad de Extremadura desarrolla una planta hibridada que genera energía eléctrica y térmica

Visita a la planta prototipo del proyecto Tíber

Un equipo de investigación de la Universidad de Extremadura ha diseñado un prototipo de planta de micro-trigeneración que ha sido desarrollado posteriormente en las instalaciones de Marle, en Gévora, a través del proyecto europeo Tribar. La planta utiliza biomasa y energía solar de concentración para producir electricidad y energía térmica de calor y de frío.

Los desarrollos llevados a cabo en este proyecto son especialmente interesantes en situaciones de demanda energética estacional intensiva o en emplazamientos aislados.

El proyecto, denominado Tribar, pretende ir más allá de las últimas tendencias para la innovación en energías renovables que consisten, básicamente, en combinar diferentes fuentes de energía con el propósito de conseguir avances en la generación energética de origen exclusivamente renovable.

En este sentido, la planta de Gévora combina el uso de la biomasa de residuos de podas y residuos agroindustriales como combustible principal, hibridada con tecnología solar de concentración, para la generación conjunta de energía eléctrica, energía térmica de calor y energía térmica de frío.

La consejera de Economía e Infraestructuras de la Junta de Extremadura, Olga García, visitó el pasado viernes 26 de abril dicha planta. El investigador Antonio M. Reyes explicó que el sistema es compacto, modular y escalable, de manera que todos sus componentes puedan ser incluidos en uno o varios contenedores de forma modular y, además, fácilmente interconectable.

Menos potencia, más ahorro

Fundamentalmente se hibridan dos fuentes de energía renovable, biomasa y solar, a través de la tecnología Fresnel. Con dicha energía se obtienen más de 50 kW de electricidad, sobre 35 kW de frío y otros 400 kW de calor. Una solución gracias a la cual las distintas plantas agroindustriales de la región pueden reducir la potencia eléctrica a contratar, sin hablar del ahorro que se produciría en campañas puntuales, y todo esto aprovechando sus propios residuos.

Los desarrollos llevados a cabo en este proyecto, que lidera Cobra, con la participación de otras empresas extremeñas o implantadas en Extremadura, como Gamma Solutions, Gestiona Global, Marle y Auscultia, pueden ser implementados en cualquier lugar del mundo con acceso a residuos agrícolas, siendo especialmente interesantes en situaciones de demanda energética estacional intensiva, como las campañas agrícolas, o en emplazamientos aislados donde las redes de transporte son deficitarias y el transporte de combustibles como el gas o el diésel supone un gran problema logístico, “ya que aquí es donde la generación distribuida alcanza su máxima eficacia”, señala la consejera de Economía e Infraestructuras.

 
 
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