El Gobierno de Castilla-La Mancha trabaja en estos momentos en la elaboración de un decreto por el que sus edificios públicos contarían con agua caliente y calefacción de biomasa de proximidad.
Fue el vicepresidente primero del Ejecutivo autonómico, José Luis Martínez Guijarro, quien avanzó la semana pasada esta noticia, durante su intervención en Cuenca en el Congreso de Bioenergía 2018, que organizó la Asociación Española de Valorización Energética de la Biomasa, donde ha señalado que contemplará un plan de sustitución de calderas tanto en edificios educativos como sanitarios, y que los primeros en reemplazarse serían los más antiguos.
“Creemos que el aprovechamiento energético de la biomasa es una de las grandes oportunidades para generar actividad económica y contribuir a la fijación e incremento de la población”, explicó el vicepresidente. Además, hizo alusión a la Estrategia Regional de Biomasa, gracias a la que se espera ahorrar 14.000 toneladas de CO2 a la atmósfera y generar más de 2.000 puestos de trabajo en zonas forestales, que se corresponden además con aquellos territorios donde hay problemas de despoblación.