«La universidad es innovación, tiene que apostar por las nuevas tecnologías». Y esa innovación se tiene que ver en el día a día de las facultades. Al menos es el pensamiento que han llevado a la práctica en tres Universidades españolas al acudir a Signify (anteriormente Philips Lighting) para cambiar su iluminación: la Universidad Carlos III, la Rey Juan Carlos, y la Universidad de Alcalá de Henares, todas en la Comunidad de Madrid. Las tres instituciones se vieron en la necesidad de cambiar su iluminación. Lo hicieron. Y los resultados han sido visibles para las tres entidades: ahorro en la factura eléctrica, lo que conlleva una reducción de emisiones de CO2 a la atmósfera y, por ende, de la huella de carbono, y un aumento del rendimiento tanto de la plantilla como del alumnado, debido a una mejor iluminación que reduce la fatiga ocular.
La Universidad Carlos III inició el proceso de renovación de la iluminación por los productos de Philips con uno de sus cuatro campus. No obstante, tras pasar la ‘prueba de fuego’ decidieron extender el mismo alumbrado a los 30 edificios. La razón por la que optaron por realizar obras en una treintena de edificios fue simple: el ahorro del 25% en el coste energético total de la universidad, con unas cifras que rondan los 17.000.000 de KW/h al año. En cuanto al ahorro en la iluminación, éste ha alcanzado el 55%.
En la Universidad de Alcalá de Henares se realizó una auditoría energética entre los años 2007 y 2011, ésta concluyó con un diagnóstico que dejaba ver la necesidad de mejoras para reducir el consumo. La magnitud del proyecto era todavía mayor en este caso, ya que se buscaba renovar plenamente las instalaciones, es decir, sustituir todas las lámparas, luminarias. Y es que por aquellos años, la iluminación suponía el 22% del consumo total de la Universidad, «hacer mejoras era clave», recuerda Carlos Baez Asensió, director de Servicios Generales de la Universidad de Alcalá.
Otro problema que encontraban los gerentes del centro era la falta de medios propios, por lo que acudieron al modelo ESE para sacar adelante su proyecto y renovar plenamente las instalaciones, con una sustitución total de lámparas y luminarias. Y con una apuesta rotunda por las energías renovables. Para la iluminación exterior y de las instalaciones deportivas, se eligieron los modelos Luma, Townguide y luminarias solares, con más de 1.500 puntos LED instalados en total.
Aula piloto: Aula Eficiente
En el caso de la Universidad Rey Juan Carlos el proyecto de mejora energética de los inmuebles comenzó en 2011. Se trataba de un proyecto de eficiencia energética que, según explican desde la Universidad, se presumía largo. Los sistemas de climatización y de alumbrado eran los mayores consumidores, la medalla de plata era para los equipos informáticos. De este modo, y con el objetivo de reducir el consumo entre un 60% y un 70% se optó por priorizar la actualización de la iluminación, y más concretamente en un aula piloto denominada Aula Eficiente, así como en el alumbrado exterior. No obstante, tres años después culminó con la implantación de un sistema de gestión de la energía.
De hecho, para la institución el cambio era necesario ya que el mantenimiento de los antiguos soportes era un trastorno continuo debido a las horas requeridas por los técnicos de mantenimiento en tareas correctivas.
Gestión de la iluminación
Entre las prioridades que mostraron desde la Universidad alcalaína a la hora de iniciar el proyecto de renovación lumínico fue solicitar un sistema de gestión y control de la iluminación que fuera eficiente, fácil de manejar y que cumpliera con los objetivos que se habían propuesto de sostenibilidad.
En el caso de la Universidad Carlos III, se instalaron tubos y luminarias downlight de tecnología LED en el interior de la Universidad. No obstante, en su caso prefirieron que la temperatura del color no variara, aunque si lo hiciera la tecnología utilizada. El objetivo era que el cambio sólo se notara en las cuentas y en el medio ambiente. Los niveles lumínicos que exige la normativa se cumplieron. El papel de la luz natural está regulado por sensores en combinación con el sistema de control. Para la iluminación exterior se emplearon faroles clásicos LED tipo Villa y Micenas.
Desde la Carlos III reconocen que a nivel global han mejorado sustancialmente los niveles de iluminación y el confort, así como la percepción de los colores, al sustituir la luz amarilla por blanca LED. Ello se traduce en, además de un ahorro y unas instalaciones más modernas, un mayor confort para los alumnos, lo que les ayuda en su rendimiento. De hecho, Pedro Castañeda, director de Energía, Desarrollo Inmobiliario y Cuidado del Medio Ambiente de la Universidad Carlos III, explica que las valoraciones, tanto de alumnos como de profesores, “han sido satisfactorias debido a la mejora de las condiciones de trabajo y del ambiente».
Financiación
Si bien a primera vista, este tipo de obras suele parecer tedioso económicamente, lo cierto es que la financiación no ha sido un obstáculo para ninguna de las tres Universidades. Desde la Carlos III explican que utilizaron el renting como modelo de financiación. Además, un mes después de la implantación del nuevo sistema de luz, con el resultado notaron un ahorro del 25% en coste energético, lo que significa una amortización en sólo cuatro años.
La Universidad de Alcalá, por su parte, financió la renovación de la luminaria con el 80% del ahorro que ha obtenido en la primera década tras la instalación.
En el caso de la Universidad Rey Juan Carlos, esta pequeña renovación de una aula piloto ha permitido extraer unos valores representativos reales de eficiencia así como mejora de confort visual. Demostrándose que la inversión se puede acometer por los ahorros derivados. «Hemos reducido la potencia en dos tercios», celebra Javier Orellana Sanz, gestor energético en la Universidad Rey Juan Carlos.
De hecho, la Universidad Rey Juan Carlos realizó la renovación puntual con precaución: inició el proyecto en zonas delimitadas para que el cambio no fuese traumático, ni técnica ni económicamente, y además sirviera para verificar los ahorros. Para ello, llevaron a cabo un proyecto de Aula Eficiente, desarrollado en el campus de Fuenlabrada, que arrojó unos resultados de ahorros que alcanzaban hasta dos tercios del consumo habitual, combinando la tecnología LED y el uso de detectores de presencia. Pero no sólo eso: los niveles lumínicos mejoraban notablemente aportando un gran beneficio a la comunidad universitaria.
Actualización tecnológica
Debido a que la Universidad Rey Juan Carlos apuesta por la continua actualización tecnológica de sus alumnos, aprovechó la experiencia de Signify en la iluminación. Por ello, la Universidad y la firma tienen previsto implantar un Laboratorio Vivo de la Iluminación, con el objetivo de que éste sirva de escaparate de las nuevas tecnologías en el ámbito de la docencia universitaria. El Laboratorio Vivo de la Iluminación servirá para que los alumnos de la universidad puedan realizar pruebas de eficiencia. En este acuerdo, Signify se ocupará de garantizar el aprovisionamiento de las últimas tecnologías para repercutir positivamente en el rendimiento académico.