La Red de calor de biomasa que actualmente se instala en Aranda de Duero dejará de emitir 14.700 toneladas de CO2 a la atmósfera desde principios de 2019. Además, los edificios conectados a este district heating verán reducida su factura eléctrica hasta en un 30%.
Castilla y León cuenta con un 51% de su superficie forestal y con un aprovechamiento de biomasa de 225 millones de toneladas, de los que son regenerables 6,5 millones anuales. “Sólo aprovechamos 700.000 siendo una de las comunidades que más aprovecha la biomasa para producción de energía eléctrica y redes de calor”, lamentó durante la presentación el consejero de Medio Ambiente y Fomento, Juan Carlos Suárez-Quiñones, quien cifró en un 30% el ahorro en consumo a través de esta red de biomasa para los vecinos que se conecten.
Sin inversión inicial para los usuarios
Los clientes que se incorporen a la red no tendrán que invertir en la sustitución y el mantenimiento de las calderas. En su caso, deberán contra un suministro energético renovable. En este momento, Rebi, promotora de esta red de calor por biomasa, y Tasio Construcciones elaboran una propuesta en función del consumo actual, los técnicos desarrollan reuniones informativas con los vecinos interesados y visitas guiadas a las instalaciones en funcionamiento.
Por el momento, se ha ejecutado el 80% de la primera fase del proyecto, que consiste en acercar el calor por biomasa a los domicilios de la zona Sur de Aranda con la posibilidad de que la calefacción y el agua caliente lleguen a 3.300 viviendas y edificios públicos. No obstante, se pretende llegar a toda la zona sur de Aranda “Dentro de nuestros planes está cruzar el río hacia el Norte y llegar a la otra zona, pero mientras que haya usuarios y clientes que lo quieran seguiremos avanzando”, aseguró el responsable de la empresa, Alberto Gómez, para quien alcanzar este objetivo supondrá “salvar un casco histórico que es una auténtica barrera”. Por el momento, la inversión realizada alcanza los 8 millones.