Una mayor presencia del gas en calefacción mejora la calidad del aire, según Sedigas

Chimeneas sobre tejados.

Una sustitución de todas las calderas de carbón en las ciudades españolas, y del 20% de las calderas de GLP y gasóleo C, por calderas de gas natural, reduciría las emisiones de todos los contaminantes, especialmente las partículas (MP) y el Azufre (SO2), según el estudio «Contribución del gas a la calidad del aire», de Sedigas.

El sector del gas reclama políticas que apuesten por la renovación de determinados equipos de calefacción, entre otras medidas, para aumentar la presencia del gas natural a nivel doméstico, lo que repercute en una mejor calidad del aire de las ciudades.

Este estudio fue presentado el pasado 30 de mayo durante la Reunión Anual de Sedigas, la Asociación Española del Gas. El objetivo del informe es cuantificar el impacto de una mayor penetración del gas natural en el transporte urbano por carretera y el sector residencial y terciario en las emisiones de gases contaminantes que afectan la calidad del aire de las ciudades.

Mejor aire local, mejor aire global

En dicho estudio queda patente que, una mayor presencia del gas mejora la calidad del aire local y global, ya que es una fuente de energía que minimiza la contaminación ambiental, tan nociva para la salud humana.

Durante la Reunión Anual de Sedigas, se hizo un llamamiento para establecer políticas que apuesten por objetivos de calidad del aire más ambiciosos en las ciudades por motivos de salud pública y de ahorro para los usuarios de gas natural; aumentar la penetración del gas natural en el transporte, haciendo de este un sistema medioambiental y económicamente más sostenible; y la renovación de determinados equipos de calefacción, aumentando la presencia del gas natural a nivel doméstico, terciario y en el transporte.

 
 
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