El Plan contra la Pobreza Energética e Hídrica del municipio de Murcia recibió el pasado 5 de abril el visto bueno de la Red de Inclusión Social del Ayuntamiento, de la que forman parte las entidades implicadas en la lucha contra la pobreza y la exclusión social. La hoja de ruta planteada prevé un conjunto de medidas preventivas y correctivas entre las que figura la instalación de placas de energía solar térmica en viviendas vulnerables.
La reunión, presidida por la concejala de Derechos Sociales, Conchita Ruiz, ha dado luz verde al documento, que ahora deberá ser aprobado por el Pleno de la Corporación. Se trata de una hoja de ruta con la que se pretende afrontar con eficacia la lucha contra la pobreza energética y proteger al mismo tiempo a las familias en situación más vulnerable.
Un programa de actuación inédito
Una vez diseñado el plan por el grupo de trabajo de la red –integrado por Cruz Roja, Cepaim, Cáritas, Administración Regional y trabajadores sociales del Ayuntamiento-, durante el mes de marzo los grupos políticos, empresas suministradoras de energía, ongs y trabajadores de servicios sociales han presentado alegaciones que han sido incorporadas. Como resultado de este proceso, Murcia dispone de un programa de actuación inédito, puesto que no se ha basado en modelos de otras ciudades.
La hoja de ruta conjuga medidas preventivas con otras correctivas. Así, las 17 medidas correctivas se orientan a hacer frente a situaciones de urgencia mediante un sistema de ayudas. El documento prevé también la creación de un fondo destinado a financiar reformas integrales de viviendas de familias sin recursos que no puedan acceder a las convocatorias ordinarias de subvenciones por no poder aportar la parte correspondiente a la financiación que se les exige. Además de actuar en las viviendas municipales, se elaborará un programa para la instalación de captadores de energía solar para la producción de agua caliente sanitaria.
Responsabilidad social corporativa
En el bloque correspondiente a las medidas preventivas, se reúnen acciones para obtener un conocimiento detallado y actualizado de los hogares con pobreza energética, organizar campañas informativas sobre consumo eficiente, constituir un espacio técnico de coordinación de las actuaciones en materia de pobreza energética y crear un censo de viviendas con deficiencias energéticas.
Por lo que se refiere a las empresas suministradoras, uno de los principales objetivos es promover la responsabilidad social corporativa y su traducción efectiva en el apoyo a las medidas de lucha contra la pobreza energética, junto con la creación de un fondo social anual destinado a financiar medidas previstas en el plan, a la condonación directa de deudas tras la acreditación de los servicios sociales o al establecimiento de sistemas de tarifación asumibles para los consumidores.