El aprovechamiento del calor residual que se pierde durante los procesos de fabricación de la industria manufacturera es el objetivo de las iniciativas de Japón y Euskadi, presentadas en la jornada ‘Uso eficiente de la energía térmica en la industria’ celebrada el pasado jueves, 23 de junio, en la sede de Euskaltel, del Parque Científico y Tecnológico de Bizkaia.
El Proyecto Calor de Euskadi y la iniciativa japonesa TherMAT mostraron las oportunidades de colaboración público-privada en proyectos de I+D+i, que recibirán financiación del programa de cooperación Japan-Spain Innovation Program (JSIP), mediante subvenciones directas que pueden llegar hasta el 50% del presupuesto financiable, según los casos.
La jornada, organizada por el Centro para el Desarrollo Tecnológico e Industrial (CDTI), su agencia homóloga japonesa NEDO e Innobasque, Agencia Vasca de la Innovación, fue el lugar en el que el País Vasco presentó su Proyecto Calor, impulsado por Innovasque, que cuenta con la implicación de 75 organizaciones de diferentes sectores. Según explicaron sus responsables, cada cada año se podrían ahorrar unos 180 millones de euros, valor monetario del calor residual perdido por la industria vasca, y también se reduciría el impacto medioambiental en 900.000 toneladas de dióxido de carbono, el equivalente a lo que casi un millón de europeos emite cada mes a la atmósfera.
Por su parte, los japoneses dieron a conocer la iniciativa TherMAT, un proyecto de investigación de tecnología y materiales para la reducir, reutilizar y reciclar la energía termal a través del almacenamiento de calor, termoelectricidad o bombas de calor, que recuperan el calor residual proveniente de plantas industriales, automóviles y los edificios.
Durante la jornada, sus ponentes transmitieron la gran oportunidad que supone recuperar el calor perdido, ya que la energía térmica desperdiciada hasta ahora, pued ser un recurso que genere nuevas oportunidades de negocio. En Europa, el 70% de la demanda energética europea tiene fines térmicos, y un tercio de ella se emite a la atmósfera como pérdida calorífica. Los procesos industriales como fundición, forja, acero, papel o cemento pierden entre el 35 y el 50% del calor generado.