Con 185,5 metros de altura y 39 plantas, la Torre Sevilla es uno de los edificios más innovadores y eficientes de Andalucía. Diseñado por el arquitecto argentino César Pelli, el rascacielos ha sido proyectado bajo criterios de sostenibilidad y eficiencia energética, obteniendo la clasificación Calener A. Además, cuenta con el sello LEED Gold, otorgado recientemente por el Consejo de la Construcción Ecológica de Estados Unidos.
Situado en el borde sur de la Isla de la Cartuja, el edificio forma parte del complejo CaixaFórum, perteneciente a la Fundación Bancaria La Caixa. El conjunto contará con salas de exposiciones, un auditorio y aulas polivalentes, restaurantes, hoteles y centros comerciales, además de tener más de 7.000 m2 destinados a oficinas, de tal manera que, cuando el complejo funcione a pleno rendimiento, se convertirá no sólo en un nuevo centro cultural y social, sino en un espacio dinamizador de la economía de Sevilla.
Para asegurar la máxima eficiencia energética, el rascacielos cuenta con tecnologías de vanguardia aplicadas en los elementos tanto interiores como exteriores. Para empezar, un conjunto de módulos fotovoltaicos instalados en la cubierta aportan parte de las necesidades energéticas de la torre.
La temperatura en el interior del edificio se gradúa parcialmente mediante lamas horizontales y verticales de aluminio lacado a modo de parasoles. Las lamas verticales toman mayor dimensión en el este y el oeste, mientras que los elementos horizontales aumentan en número en la orientación sur. Y por si fuera poco, el vidrio que recubre la estructura permite aprovechar al máximo la luz natural y la capacidad aislante del sistema para evitar la entrada del calor.
Para asegurar el óptimo confort de los ocupantes, en el interior se ha instalado un sistema de climatización de última generación VRF condensado por agua, con el que se obtiene un ahorro del 20% respecto a otras soluciones más tradicionales.
Este carácter innovador se ha aplicado también en otras soluciones adoptadas, como la ventilación, la iluminación o los ascensores de alta velocidad, que cuentan con un sistema para recuperar la energía que genera su movimiento.
La sostenibilidad de este rascacielos no depende sólo de las innovadoras tecnologías aplicadas en sus dotaciones y servicios, sino en un diseño que tiene en cuenta detalles como la profundidad de cada una de las 39 plantas del edificio. En concreto, la profundidad media es de 9,20 metros, lo que asegura luz natural en todos los puestos de trabajo.
Todas estas funciones se gestionan a través de un sistema centralizado en el BMS (Building Maintaince System), de la empresa Siemens.
Tecnología Siemens en Torre Sevilla
Por encargo de CaixaBank, propietario del inmueble, la multinacional alemana ha dotado a este edificio de un sistema centralizado de gestión que se nutre de 60.000 puntos de control y que permite reducir el consumo energético y las emisiones contaminantes en un 30%.
Este sistema centralizado, denominado Desigo, controla todas las instalaciones mecánicas y eléctricas troncales de Torre Sevilla, como son los sistemas de climatización, alumbrado, presurización de escaleras, contadores de energía, detección de incendios y contra incendios.
De igual forma, este es un sistema capaz de contabilizar los consumos de energía eléctrica, iluminación y climatización en todas las plantas del inmueble.
Mención especial merece el control de iluminación de Torre Sevilla, que permite un reparto más eficiente de los consumos eléctricos y que es imprescindible para la obtención de la Certificación Leed.