Toshiba Calefacción y Aire Acondicionado considera que la sustitución de las calderas de combustible fósiles por sistemas basados en energía por aerotermia o bomba de calor en las instalaciones de climatización y ACS elimina las emisiones globales de CO2 en los hogares. El fabricante apuesta por un cambio real en el modelo energético y se ha propuesto multiplicar por siete las ventas de estos equipos en nuestro país, para alcanzar en 2020 la cifra de 42.000 equipos.
Durante una rueda de prensa ofrecida el pasado 8 de junio, el director general de Toshiba Calefacción y Aire Acondicionado, Carlos Gómez Caño, ha explicado los principios de la aerotermia que explican por qué esta tecnología es una de las energías renovables con mayor respaldo en las políticas de sostenibilidad energética de la Unión Europea.
La aerotermia o bomba de calor es un generador doméstico que usa el calor del aire para producir calefacción o para refrigerar. Además, la nueva generación de equipos permite calentar agua. Gómez Caño puntualizó que esta tecnología puede sustituir cualquier sistema de calefacción individual o colectivo independientemente de si usa radiadores, suelo radiante o radiadores a baja temperatura, sin necesidad de cambiar el circuito e instalación de agua caliente.
Al estar alimentados por electricidad, estos equipos no necesitan quemar combustibles fósiles, por lo que eliminan las emisiones contaminantes. Si esa electricidad procede de energías renovables, añade Gómez Caño, estamos hablando de una tecnología limpia y segura. Además, hoy en día es posible apoyar la instalación con paneles fotovoltaicos y baterías acumuladoras.
España reúne unas condiciones climatológicas muy favorecedoras para el mercado de las bombas de calor. Actualmente, según el fabricante, el 40% de los hogares dispone de un sistema de climatización por aerotermia y en la última década se han vendido unos 10 millones de unidades de estos equipos. Pero Toshiba pretende acercarse a las cifras del mercado francés, donde el año pasado se comercializaron 80.000 equipos, quince veces superior a los 6.000 de España. El fabricante se ha propuesto multiplicar por siete esta cifra para llegar a los 42.000 en 2020.
Toshiba quiere ir mucho más allá y su objetivo último es sustituir todas las calderas de gas y gasoil por bombas de calor. Este proceso premite avanzar hacia la plena descarbonización que impulsa la UE en sus políticas energéticas y medioambientales, así como cumplir con el compromiso alcanzado en el acuerdo sobre clima de la Conferencia de París.
Para que ese escenario sea posible en España, Toshiba considera que es necesario realizar cambios legislativos así como un modelo energético basado en la libertad de elección del consumidor sobre el origen de la fuente de energía que quiere utilizar. Asimismo, el fabricante pide a las empresas de distribución y generación eléctrica que ofrezcan precios competitivos y suministren a los particulares una energía eléctrica estable, segura y económica, capaz de competir con una nueva realidad del autoconsumo y la autogeneración.