Por exigencias de su trabajo diario, los administradores de fincas son muy conscientes de las dificultades que muchos ciudadanos tienen a la hora de pagar las facturas energéticas de sus hogares, ya sea por falta de recursos económicos o bien por la ausencia de medidas de eficiencia energética en sus inmuebles. Para la Presidenta del Colegio de Administradores de Fincas de Madrid, Manuela Martínez, es necesario emprender acciones de sensibilización, divulgación y asesoramiento.
ESEFICIENCIA: La Directiva Europea 2012/12 obliga a la instalación de sistemas de medición individuales en los edificios dotados con un sistema de calefacción central antes del 1 de enero de 2017. No obstante, la reciente transposición al reglamento español no contempla esta obligación. ¿Cómo ven los administradores de fincas esta omisión y qué repercusiones tiene para las comunidades de propietarios?
Manuela Martínez: Como no podía ser de otra forma, desde el Colegio Profesional de Administradores de Fincas de Madrid (CAFMadrid) hemos mostrado nuestra sorpresa pues no se comprende que el Gobierno haya retrasado esta exigencia, toda vez que en los últimos años ha solicitado, a través del IDAE, la colaboración de los administradores de fincas colegiados para que las comunidades de propietarios aprobaran la instalación de los sistemas de medición de calefacción. Esto es, se nos ha presentado como una oportunidad de ahorro para las comunidades y ahora esta ausencia de regulación está dando lugar a situaciones de falta de confianza por parte del consumidor.
ESEFICIENCIA: Actualmente se habla mucho de pobreza energética, son muchas las familias que tienen dificultades para hacer frente a sus facturas y para mantener sus hogares en condiciones mínimas de habitabilidad. ¿Cómo afronta el CAFMadrid este problema? ¿Qué medidas de ahorro y eficiencia energética promueve esta institución?
Manuela Martínez: Ciertamente, implementar sistemas de medición de consumo de calefacción en las viviendas no soluciona completamente el problema de la pobreza energética, dado que puede ocurrir que debido a la desocupación de pisos (en proceso de alquiler o venta) el gasto de energía que necesiten las viviendas contiguas sea mayor.
Consideramos fundamental, en caso de rehabilitación, actuar sobre la envolvente del edificio, que es por donde más se escapa la energía. Una vez llevada a cabo esta medida es cuando podemos o bien sustituir instalaciones, como son las calderas, o incorporar nuevos sistemas de ahorro, como detectores de presencia en las zonas comunes. Y, por supuesto, hay que asesora bien y sensibilizar al residente en la adopción de estas medidas.
ESEFICIENCIA: El sector residencial es uno de los principales consumidores de energía. Desde el punto de vista de los administradores de fincas, ¿qué acciones echa en falta por parte de las administraciones públicas para impulsar la eficiencia energética en los hogares?
Manuela Martínez: La implicación de la Administración es fundamental; echamos en falta más campañas de comunicación en medios masivos con soluciones claras y monitorizadas de ahorro energético en el hogar. Ya no basta con plantear los plazos de amortización para conseguir los objetivos perseguidos; es necesario que el vecino pueda “palpar” que los ahorros son reales y no hay mejor manera para ello que pasar de la teoría a la práctica.
ESEFICIENCIA: ¿Qué papel juega la rehabilitación de las viviendas en el ahorro energético? ¿Son conscientes los propietarios de la importancia de llevar a cabo este tipo de reformas?
Manuela Martínez: Falta sensibilización por parte del ciudadano. Cuando hablamos de obras lo primero que nos viene a la cabeza es el coste de las mismas y las temidas derramas, y esa percepción tiene que cambiar.
Pongamos como ejemplo el tan discutido certificado de eficiencia energética, obligatorio para las viviendas que se venden o alquilan: ¿de qué sirve que un piso tenga una calificación de A (la más eficiente) cuando el edificio puede tener una letra G (la menos eficiente) por estar, por ejemplo, mal aislado en fachada? Reflexionemos sobre este asunto.
ESEFICIENCIA: A la hora de iniciar las obras de rehabilitación energética, la falta de recursos económicos por parte de las comunidades de propietarios es uno de los principales problemas? ¿Qué otras barreras encuentran y qué medidas proponen los colegios de administradores de fincas para salvar estos escollos?
Manuela Martínez: La Administración debe ser incentivadora. Encontramos sobre todo barreras fiscales. Y es por ello por lo que proponemos, entre otras, estas medidas:
- Subvención total del ICIO para la rehabilitación de edificios residenciales. Las obras de rehabilitación deberían de tener una primera subvención directa y clara que ya supone el 4% del importe de la obra.
- Tasa por utilización privativa: que únicamente se tenga en cuenta la superficie real ocupada de la vía pública y, subsidiariamente, la categoría de la calle, pero no así la altura del andamio. No es justo que cuánto más alto sea el edificio mayor sea el coste de esta tasa.
- Subvenciones en el IBI de aquellas viviendas y locales, que incluidas en una comunidad de propietarios, hayan afrontado obras de rehabilitación, y en especial las de tipo energético, estableciendo un plazo de años en los que se pueda aprovechar esta subvención (proporcional al número de años de amortización de la obra en términos energéticos). Sería una subvención directa y sin necesidad de que el ayuntamiento tuviera que presupuestar partidas extraordinarias.
- Reducir el IVA del 10% al 7%.
ESEFICIENCIA: Recientemente ha sido presentado el Plan de Ayudas a la Rehabilitación del Ayuntamiento de Madrid, siendo uno de sus ejes de actuación la eficiencia energética. Una de sus principales novedades es que han de ser las comunidades de propietarios quienes soliciten las ayudas. ¿Cómo han acogido en CAFMadrid este programa de subvenciones?
Manuela Martínez: Como integrantes que somos de la Mesa de Rehabilitación del Ayuntamiento de Madrid, hemos acogido estas ayudas con satisfacción, aunque estén limitadas a las denominadas Áreas Preferentes de Impulso a la Regeneración Urbana (APIRU). Se trata de un primer paso muy importante pero sería deseable que el Ayuntamiento ampliara estas ayudas a otras zonas, como es el distrito Centro en donde solo contempla Lavapiés. Y si no es posible con subvenciones, sí facilitando una financiación a bajo coste.