La Comisión Técnica de AEFYT, Asociación de Empresas del Frío y sus Tecnologías, ha resumido los 10 pasos necesarios para realizar un buen mantenimiento de las torres de enfriamiento y condensadores evaporativos.
Éste es fundamental a lo largo de todo el año, tanto para eliminar el riesgo de alojar la bacteria de la legionela como para asegurar el funcionamiento óptimo de los equipos. El objetivo es ofrecer pautas que recuerden la importancia y la sencillez del mantenimiento, promover la profesionalización de las tareas de mantenimiento y, de cara a la sociedad, eliminar la imagen de esta tecnología como causante de riesgo de legionela y reivindicar el beneficioso papel medio ambiental que cumplen en la industria al ofrecer un óptimo rendimiento energético. Los 10 consejos de AEFYT son los siguientes:
- Conocer y aplicar el Real Decreto 865/2003, de 4 de julio, por el que se establecen los criterios higiénico-sanitarios para la prevención y control de la legionelosis. Las recomendaciones de mantenimiento de los fabricantes toman estas normas como base, aunque en muchos casos las amplían y mejoran.
- Seguir las recomendaciones de los fabricantes de los equipos de refrigeración evaporativa.
- Asegurar el correcto funcionamiento de los equipos. Llevando al día los controles y limpiezas periódicas recomendadas por los fabricantes. Es importante respetar escrupulosamente la periodicidad de las mismas.
- Cuidar el diseño del equipo. Si el equipo tiene veinte años o más quizá ha llegado el momento de pensar en renovarlo. En la actualidad, el diseño de los equipos de refrigeración evaporativa incluyen numerosas mejoras destinadas a eliminar las condiciones que favorecen la multiplicación de bacterias, así como a minimizar el arrastre de aerosoles de agua en la descarga del aire de los equipos.
- Vigilar el emplazamiento de la instalación. Los equipos de refrigeración evaporativa no pueden situarse en zonas de paso de personas para evitar que el aerosol que emiten pueda llegar a ser inhalado por ellas. Existen muchas dudas sobre que la bacteria pueda sobrevivir varios metros sin la presencia del medio hidríco que le proporcionan las microgotas, por lo que el emplazamiento es vital para que no puedan ser inhaladas. En todo caso, mejor prevenir.
- Vigilar que los libros de control de mantenimiento estén al día y velar por que éste sea realizado por empresas de probada reputación. En este sentido, en los últimos años se ha observado una intensa profesionalización del sector del mantenimiento, así como una mayor concienciación sobre la importancia de realizar un buen trabajo en este sentido.
- La legionela se combate en invierno. El mantenimiento de una torre, si bien sencillo, es una labor que debe realizarse con la periodicidad recomendada por el fabricante durante todo el año.
- Un exhaustivo control de la red de suministro de agua. Hay que tener en cuenta que para que se forme una colonia virulenta de Legionella Pneumophila primero ha tenido que producirse una aportación de agua con dicha bacteria a través de la red.
- Romper la cadena de sucesos que favorece la aparición de posibles brotes de legionela en las torres en cualquiera de sus eslabones. Para que se produzca un brote de legionela en un equipo de refrigeración por agua y éste llegue al ambiente debe producirse una cadena de sucesos altamente improbable: la llegada de una colonia virulenta de Legionella a través de la red de suministro de agua, el funcionamiento del equipo en condiciones incontroladas, la descarga de una corriente de aire con microgotas contaminadas en suspensión, que puedan llegar hasta donde se encuentran personas y que un número suficiente de estas microgotas sean inhaladas por personas susceptibles de contraer la enfermedad. Si cualquiera de estos eslabones se rompe, la posibilidad de la aparición de un brote es nula. El cumplimiento de los anteriores consejos permitirá romper esta cadena.
- Por último, la Comisión recuerda que, en los últimos meses, los casos de legionela que se han registrado han tenido su origen en equipos e instalaciones tan dispares como nebulizadores e instalaciones de agua caliente. Así pues, el correcto mantenimiento de otros equipos de riesgo, que a veces se descuida al no sufrir la misma presión social y administrativa que experimentan las torres de refrigeración, es igualmente fundamental.