Las PYMES, las más afectadas por el nuevo RD autoconsumo, según UNEF

La Unión Española Fotovoltaica (UNEF) ha manifestado que los cambios introducidos en el último borrador de RD de autoconsumo son “cosméticos” y que en esencia sigue ideado para entorpecer el desarrollo del autoconsumo y no para promoverlo como debería, como la medida de ahorro y eficiencia energética eficaz y sostenible que es, ya posible sin ningún tipo de subvención institucional, según ha declarado Jorge Barredo, Presidente de UNEF.

Las empresas de servicios y PYMES serían, precisamente, las más beneficiarias por el autoconsumo, ya que, al coincidir las horas de producción con las de consumo, la inversión sería especialmente interesante como forma de aumentar su competitividad.

Sin embargo, el texto que se encuentra ahora en revisión en el Consejo de Estado, carga contra estas pequeñas empresas el mayor peso del “impuesto al sol”. En un modelo de autoconsumo con balance neto como el existente en la mayoría de los países, una empresa de servicios recuperaría su inversión en unos de 5 años, algo más de 4 en el caso de las PYMES. Con este borrador, que no incluye balance neto para los excedentes e introduce el “impuesto al sol”, la empresa de servicios no rentabilizaría su inversión hasta los 12 años, algo más de 7 para el caso de una PYME.

El nuevo “impuesto al sol”

El nuevo texto añade, al “impuesto al sol” por la energía autogenerada y consumida, un nuevo “impuesto al sol” para todos los propietarios en función de la potencia instalada: 

La norma prevé estos “cargos” de forma transitoria, hasta que se desarrolle una metodología de asignación de cargos. Es decir, no ofrece ningún tipo de seguridad jurídica a los inversores, pues apunta que estos “cargos” podrían cambiar próximamente.

El autoconsumidor sobrepaga al sistema y no se le reconoce su aportación positiva al mismo

Con el “impuesto al sol” propuesto por el Gobierno, cada kWh de energía consumido por un propietario de una instalación de autoconsumo pagaría al sistema el doble de peajes que ese mismo kWh comprado de la red por un consumidor que no disponga de una instalación de autoconsumo.

La paradoja de los sistemas extrapeninsulares

El borrador de normativa no elimina el “impuesto al sol” en los sistemas extrapeninsulares. Todas las instalaciones deberán pagar el “impuesto al sol” por la potencia y tan sólo, y de forma transitoria, lo reduce o deja exentos a ciertos casos en el “impuesto al sol” por la energía. Algo que carece de sentido ni justificación, ya que llevar la energía convencional a Canarias, Ceuta y Melilla supone 1.800M€ al año de sobrecargo para el sistema eléctrico, incluido en la factura del resto de consumidores, y sin embargo el autoconsumo sin subvenciones (instalaciones sufragadas por los propios consumidores) puede producir energía por menos de 100 €/MWh, cuando el coste actual de la energía en Canarias está en torno a los El 184 €/MWh y en Baleares a 139 €/MWh.

Además, la transitoriedad de las exenciones no proporciona la garantía jurídica necesaria para acometer las inversiones.

Una norma retroactiva y discriminatoria

El nuevo texto del proyecto de RD sigue manteniendo la retroactividad, de manera que todas las instalaciones ya legalizadas que ahora no se ajusten a la norma, pasarían a ser ilegales. Además, mantiene la amenaza de multas de hasta 60 M€ para quien no cumpla las nuevas condiciones y la posibilidad de que un inspector entre en tu propiedad sin orden judicial.

Todas estas medidas contrarias al desarrollo del autoconsumo fotovoltaico resultan discriminatorias con respecto a otras formas de autoconsumo, como el realizado por las grandes centrales de producción convencionales –nucleares, carbón, gas-, para las que la normativa no prevé ningún tipo de cargo al autoconsumo, a pesar de ser de los mayores autoconsumidores del país. Si la norma aplicase los “cargos” al autoconsumo previstos para los fotovoltaicos a las grandes centrales, el sistema recaudaría unos 230M€ al año, frente a los 15M€ que se conseguirían con el “impuesto al sol” de alcanzarse los 200MW instalados.

Tampoco tiene justificación la discriminación de los autoconsumidores fotovoltaicos con respecto al autoconsumo por cogeneración, también exento hasta 2020 de los “cargos” del sistema.

El cargo discriminatorio al autoconsumo fotovoltaico por el ahorro en la factura que supone para sus propietarios, es tan injustificable como gravar otras medidas de ahorro y eficiencia energética como el uso de electrodomésticos eficientes que, por su propia naturaleza, buscan el ahorro energético.

No hay razón objetiva para frenar el desarrollo del autoconsumo fotovoltaico en España. El “impuesto al sol” recaudaría unos 2 millones de euros para el sistema, una cifra insignificante comparada con los 1385 millones de euros de EBITDA de REE o los 503M€ que el sistema emplea en pagos por interrumpibilidad a la gran industria. El autoconsumo produce inquietud porque incrementa la competencia, baja el precio pool de la electricidad en las horas pico y reduce el mercado para las fuentes de energía convencionales, poniendo fin a un servicio concebido como un monopolio natural. El autoconsumo es el primer paso hacia las ciudades inteligentes, limpias y sostenibles. No se trata de que un modelo energético elimine al otro, sino de optimizar el punto de equilibrio entre la utilización de ambos, no entorpeciendo injustificadamente el aprovechamiento de una de las fuentes de energía más deseables y abundantes en España, como es el sol, comentó Jorge Barredo, Presidente de UNEF.

 
 
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