Tras varios años esfuerzo para adaptar y remodelar sus instalaciones para una mejor calidad de vida a sus pacientes, usuarios y trabajadores buscando también una mayor eficiencia energética, el Hospital Clínico San Carlos de Madrid, ha obtenido el resultado de calificación energética C, siendo uno de los primeros centros hospitalarios de España en realizar el estudio para la calificación energética del edificio.
En las distintas obras de reforma que se han llevado a cabo en dicho centro, se han ido realizando importantes cambios como los de las ventanas, la instalación de calderas de gas natural, renovación de la iluminación con tecnología led, lo que, entre otras medidas, ha permitido que el edificio de este Hospital sea cada más sostenible.
Junto al Certificado energético, que tiene una validez máxima de 10 años y que renueva y actualiza cada Comunidad Autónoma, el edificio del Clínico San Carlos dispone de una etiqueta energética similar a las que presentan ya otros productos de consumo doméstico, como los electrodomésticos, lámparas y vehículos, que ya se exhibe en los accesos principales del edificio para conocimiento de todos los trabajadores y visitantes del Centro.
Estas etiquetas asignan a cada edificio una clase energética, siguiendo una escala de siete letras y siete colores que determinan si el edificio es más (clase A) o menos eficiente (clase G), en función del consumo energético, emisiones de CO2, características constructivas e instalaciones de calefacción, agua caliente sanitaria y climatización.
El Clínico San Carlos, un Eco-Hospital
El Servicio de Gestión Ambiental de ese hospital, dirigido por Gemma María Pastor, fue puesto en marcha hace 18 años, con el compromiso de mejorar las condiciones medioambientales del entorno hospitalario. Un ejemplo de ello es la inclusión de criterios de arquitectura sostenible en la reforma del hospital. Desde entonces viene practicando una política de respeto al Medio Ambiente y a la Salud Pública.
Asimismo, el Clínico San Carlos validó en 2014, y por undécimo año consecutivo, su Sistema de Gestión con la certificación europea EMAS (The eco-management and audit. Écheme), tras pasar las auditorias de este sistema, que es el más exigente de todas las verificaciones en materia medioambiental y que requiere un riguroso cumplimiento legal, además de la realización de auditorías internas y una declaración medioambiental anual.
Además, ha empezado a utilizar recientemente, la Huella de Carbono para medir las emisiones de gases de efecto invernadero que produce. El análisis de los resultados que se obtengan permitirá al Hospital identificar los puntos críticos, es decir aquellas fuentes y actividades que más contribuyen a las emisiones totales del Centro, y establecer áreas y acciones de mejora para diseñar un plan de reducción de emisiones.
Con su Plan de Gestión de Residuos Sanitarios, además de cuidar una correcta segregación (cada residuo en su envase) el Clínico ha establecido la necesidad de recuperar aquellos materiales que pueden desviarse del circuito de vertedero para enviarlos a reciclar. En 2014 se han recuperado 400.838 kilos de materiales, de los cuales 201.578 kilos de papel y cartón, 185620 kilos de vidrio y 13.640 de otros materiales como pilas o aceite de cocina. Esto supone que se ha conseguido recuperar un 24% de los residuos urbanos totales que genera el Hospital.