Según el estudio sobre ‘El autoconsumo energético y la generación distribuida renovable como yacimiento de empleo’ que ha sido presentado por el Instituto Sindical de Trabajo, Ambiente y Salud (ISTAS) de Comisiones Obreras se podrían crear 135.779 empleos si se impulsaran instalaciones de autoconsumo y generación eléctrica distribuida con las tecnologías fotovoltaica, minieólica, biomasa y biogás.
El autoconsumo se basa en que los propios consumidores, tanto domésticos como industriales, pueden producir su propia energía mediante pequeñas instalaciones situadas fundamentalmente en sus edificios. Algunas de estas tecnologías ya son competitivas actualmente para estos consumidores con respecto a los precios de la electricidad. El modelo de generación distribuida supone un conjunto de sistemas de generación eléctrica de pequeña potencia y conectados dentro de las redes de distribución para el consumo cercano. Algunas de estas instalaciones están ligadas a industrias que utilizan sus residuos orgánicos para generar electricidad con biomasa o biogas.
El estudio de ISTAS realiza propuestas para la reactivación y el desarrollo de las energías renovables, que se han visto afectadas en los últimos años por medidas regulatorias que han puesto en riesgo la viabilidad de instalaciones existentes y limitado su desarrollo futuro.
Para el autoconsumo se plantea el sistema del ‘balance neto anual’ por el que la energía que produce la instalación que no se utiliza en ese momento se vierte a la red y se usa posteriormente de la misma. Esto no implica una remuneración de esa energía vertida sino una compensación por la que el usuario paga por la energía que consume, pero descontándole la producción de electricidad inyectada a la red. También se plantean medidas para la simplificación de trámites administrativos y la eliminación de otras barreras. Para las instalaciones de biomasa y biogás se propone un sistema de retribución a la producción para garantizar una rentabilidad razonable.
Se plantea un escenario de instalar en 10 años 13.234 MW. La distribución por tecnologías es la siguiente:
- 11.261 MW de fotovoltaica que crearían 31.715 empleos directos
- 595 MW de minieólica que generaría 4.466 empleos directos
- 1.018 MW de biomasa que generaría 35.725 empleos directos
- 360 MW de biogas que generaría 7.205 empleos directos
De los 79.111 del total de empleos directos que se podrían crear, 49.820 serían en fabricación e instalación y 29.291 en operación y mantenimiento. Además se calcula que se crearían 56.668 empleos indirectos, hasta alcanzar el de 135.779 puestos de trabajo.
El análisis incorpora estudios de caso y experiencias de éxito que ejemplarizan las diferentes tipologías y aplicaciones que tienen estas instalaciones y demuestran la viabilidad del modelo planteado.
Para Pedro J. linares, Secretario Confederal de Salud Laboral y Medio Ambiente de CCOO, esto permitiría relanzar el sector de las energías renovables, que ha servido no sólo para la creación de tejido industrial y empleo sino para la mejora de la balanza comercial española, la autonomía energética y la disminución de emisiones de CO2.
La ejecución de este plan supondría una producción de electricidad anual en el año diez, de 28.401 GWh, el equivalente al consumo eléctrico de 8,14 millones de hogares, el 10,3% del consumo eléctrico de 2013 en España.
Los beneficios ambientales derivados de la realización del plan propuesto son el ahorro de 5,68 millones de toneladas equivalentes de petróleo de energía primaria y la reducción de 14,41 millones de toneladas de CO2.
El estudio se ha realizado en el marco de una acción cofinanciada por el Fondo Social Europeo dentro del programa ‘Emplea Verde’ gestionado por la Fundación Biodiversidad dependiente del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente.