La energía final consumida en Navarra durante el año 2013 descendió un 3,57% respecto al año anterior, según el Balance Energético que ha publicado el Gobierno de Navarra, que subraya asimismo que la Comunidad Foral supera buena parte de los objetivos establecidos para 2020. En concreto, el año pasado los diferentes sectores de consumo utilizaron 1,82 millones de TEP, frente a los 1,89 millones de TEP consumidos en 2012. Un TEP es una tonelada equivalente de petróleo, unidad de medida utilizada en el campo energético y que equivale a 10 millones de kcal.
El informe atribuye este descenso a un menor uso de combustibles en el sector del transporte, posiblemente debido a la crisis económica. El resto de sectores se mantienen o aumentan su consumo respecto al año anterior. Esta situación se refleja también en el tipo de combustibles utilizados y su evolución histórica.
En concreto, el petróleo y sus derivados siguen siendo el tipo de energía más utilizada (el 42% del total), pero su consumo ha bajado un 8,13% en un año y un 15,68% en la última década. El 25% de la energía consumida proviene del gas natural, cuyo uso ha aumentado un 1,09% en un año y un 17,57% desde 2003. En tercer lugar se sitúa la electricidad, que representa el 20% del total y que, aunque su consumo ha bajado en el último año (1,51%), refleja un crecimiento del 6,29% en 10 años. Por último, se sitúan las fuentes de energía alternativas, como la biomasa, cuyo uso crece con fuerza (12,68% en un año; 50,15% en 10 años) y representan ya el 7% del total. El uso del carbón continúa cayendo (15,12% en un año; 42,58% en 10) hasta suponer solo el 4% de la energía consumida en Navarra.
Navarra produce una cuarta parte de la energía que se consume
Esta evolución en los consumos encamina a la Comunidad Foral a un mayor autoabastecimiento energético. Esto es consecuencia, según el informe, del desarrollo de las energías renovables en la producción de electricidad. De los 5,3 millones de MWh generados en 2013, el 73% es electricidad renovable. La energía eólica es la responsable del 47% de la electricidad generada, seguida de la energía hidráulica y minihidráulica (14%), la solar fotovoltaica (6%), la biomasa (5%) y el biogás (1%). La producción no renovable se desarrolla en las centrales de ciclo combinado (7% de la electricidad producida en Navarra) y las plantas de cogeneración (20%).
En este apartado es destacable la producción hidroeléctrica que, debido a la extraordinaria pluviometría de 2013, supuso un récord histórico de producción (762.263 MWh), superando en un 25% la marca registrada en 2009.
Hay que tener en cuenta que el 9% del total de la electricidad producido se exporta, por lo que, en relación con nuestro consumo, la cuota de las renovables alcanza casi el 89% de la electricidad consumida. Teniendo en cuenta el total de la energía (petróleo, gas natural, electricidad, biomasa y carbón), la cuota de las renovables es del 25,20%, cinco puntos por encima del objetivo marcado por la UE para el año 2020 y superando también el objetivo del propio Plan Energético de Navarra Horizonte 2020.
Un 15% menos energía que hace 10 años
El balance energético también incorpora una perspectiva económica. El gasto en energía supuso en 2013 un desembolso de 1.997 millones de euros (el 11,05% del PIB de Navarra, frente al 10,58% de 2012). Sin embargo, existe una variable – la intensidad energética final – que relaciona la riqueza generada y el consumo energético. Según este valor, Navarra ha mejorado considerablemente en eficiencia energética en la última década, ya que hoy en día es necesario utilizar un 15% menos de energía que hace 10 años por cada euro de PIB.
Además, hay que tener en cuenta que la producción local genera ingresos. Según el Balance energético, en 2013 la venta de la electricidad producida en Navarra mediante energías renovables y cogeneración alcanzó los 526 millones de euros, un 1% más que el año anterior.
En cuanto a las consecuencias medioambientales, el informe destaca que las renovables evitaron en 2013 la emisión de alrededor de 1.000 toneladas de CO2 al año, cifra que se ha mantenido constante en los tres últimos años.