La instalación fotovoltaica más grande de Baleares, a pleno rendimiento
La instalación aislada de energía solar tiene una producción anual de 70.000 KWH y un retorno de inversión aproximada de 8 años.
La instalación fotovoltaica aislada más grande de Baleares en el momento de su puesta en marcha continúa funcionando a pleno rendimiento dos años después de su inauguración. Se trata de un sistema de energía solar instalado por la empresa Terravita en Ibiza. La distribuidora alemana Krannich Solar se encargó del suministro de los 164 paneles solares REC-245P, los 6 inversores fotovoltaicos Sunny Island 5048, 2 Sunny Tripower 15000 y 1 Sunny Tripower 10000 de SMA, y las estructuras de perfil de aluminio K2 Systems que se utilizaron.
Esta instalación de energía solar, que cuenta con 40kW de potencia nominal sin conexión a la red eléctrica debido a la poca fiabilidad de la misma, se llevó a cabo en el restaurante y salón de eventos Es Jardí de Fruitera, ubicado en la zona de Santa Gertrudis. Este pequeño municipio se encuentra en pleno corazón de la isla de Ibiza y no recibe de forma fiable el suministro de electricidad convencional. Por esta razón, el promotor del proyecto decidió apostar por las renovables para generar, acumular y consumir su propia energía fotovoltaica. Después de un estudio personalizado, se determinó que una instalación fotovoltaica aislada resultaría más rentable que asumir la ampliación del tendido eléctrico para recibir energía eléctrica con plenas garantías.
Una radiación solar media de 2000kWh/m2 de la que puede presumir Ibiza posibilitó una producción anual de 70.000 kWh y un retorno de inversión para esta instalación de energía solar de aproximadamente ocho años. Pasado este periodo, el propietario del restaurante disfrutará de energía eléctrica de forma gratuita, con el único coste que supone el mantenimiento de los paneles solares, inversores fotovoltaicos y acumuladores solares del sistema.
Dado que se trata de una instalación aislada, la energía solar se consume de forma directa, y únicamente en el caso de que haya excesos de producción, estos servirían para cargar los acumuladores solares y así, disminuir el número de ciclos de carga y descarga y alargar su vida útil. El generador diésel tiene un papel secundario, y solo interviene en los momentos de máximo consumo o en los días en los que la radicación solar es insuficiente. Pero la presencia de este grupo electrógeno, que sirve de apoyo a los paneles solares, se traduce en un mayor ahorro, una mayor eficiencia de la instalación fotovoltaica y un consumo de energía más responsable y respetuoso con el medio ambiente.
Pasados dos años desde la puesta en marcha de este sistema aislado de autoconsumo fotovoltaico, el instalador Terravita, la distribuidora Krannich Solar y el propio cliente Es Jardí de Fruitera se muestran muy satisfechos con el rendimiento del mismo. Tanto es así que no se descarta una posible ampliación en un futuro de esta instalación fotovoltaica aislada que ha ayudado a ahorrar al restaurante ibicenco.