La Comunidad de Madrid pone en marcha el “Plan Anti-Reactiva” con el objetivo de disminuir el gasto eléctrico en las comunidades de propietarios y en edificios y locales destinados a actividades empresariales a través de la instalación de baterías de condensadores junto al cuadro eléctrico, lo que permite reducir o eliminar la demanda de energía reactiva, consiguiendo así una reducción de la factura eléctrica y un mayor rendimiento de las instalaciones.
Para la puesta en marcha de este Plan, el consejero de Economía y Hacienda, Enrique Ossorio, ha firmado un convenio de colaboración con las principales empresas relacionadas con el sector de la instalación eléctrica (fabricantes, distribuidoras e instaladoras de material eléctrico) a través de sus asociaciones más representativas: la Asociación de Fabricantes de Material Eléctrico (AFME), la Asociación de Distribuidores de Material Eléctrico (ADIME), y la Asociación Profesional de Empresarios de Instalaciones Eléctricas y Telecomunicaciones de Madrid (APIEM).
Los incentivos previstos pueden alcanzar hasta los 100 euros por equipo instalado y serán aportados por las Asociaciones adheridas al Plan. Este incentivo será abonado a las comunidades de propietarios y empresas tras la adquisición y montaje de la batería, y una vez presentada la solicitud y realizadas las comprobaciones oportunas que acrediten que se cumplen las condiciones para recibir esta ayuda.
APIEM se encargará del diseño de la web, en la que se informará a los interesados sobre las características de las baterías de condensadores, así como del procedimiento a seguir para poder beneficiarse del incentivo.
Ahorro de hasta el 30% en la factura eléctrica
En la Comunidad de Madrid, el consumo de electricidad supone el 22 % de la demanda de energía, siendo el sector residencial y el sector servicios los mayores demandantes de energía eléctrica (el 77% del total), por lo que resulta fundamental toda iniciativa que suponga un ahorro y una mejora de la eficiencia energética en este ámbito. La energía reactiva es la demanda extra de energía que algunos equipos de carácter inductivo como motores, transformadores, luminarias, necesitan para su funcionamiento.
Este coste puede ser relativamente importante frente al gasto total eléctrico, y puede evitarse mediante la instalación de una batería de condensadores que se conecta en paralelo con la instalación principal, reduciendo así hasta un 30% la factura eléctrica con una inversión que puede recuperarse en pocos meses.
Adicionalmente, las consecuencias de un elevado valor de energía reactiva no sólo se aprecian de manera directa en la factura eléctrica, sino también en el aumento de las pérdidas en los conductores, caídas de tensión, envejecimiento prematuro de algunos equipos receptores, etcétera.
La puesta en marcha del Plan Anti-Reactiva está en línea con otros planes puestos en marcha por el Gobierno Regional para incentivar el ahorro energético en los edificios de viviendas, como son el Plan Renove de Repartidores de Costes de Calefacción Central y Válvulas con Cabezal Termostático y el Plan Renove de Salas de Calderas.