Madrid ha tramitado más de 162.000 certificados energéticos en un año

La Comunidad de Madrid ha tramitado ya más de 162.000 certificados energéticos a través del registro de Certificados de Eficiencia Energética de Edificios puesto en marcha en junio de 2013 por la Dirección General de Industria, Energía y Minas de forma telemática. Estas cifras han superado las previsiones de la Consejería de Economía y Hacienda y ponen de manifiesto el grado de cumplimiento de esta normativa por parte de los madrileños.

Desde el 1 de junio de 2013, y en cumplimiento de la normativa estatal, todas las viviendas, oficinas y locales que se vendan o alquilen deben contar con un certificado de eficiencia energética, emitido por un ingeniero o arquitecto, con objeto de que, tanto el comprador o arrendatario, como el propietario, conozcan las características energéticas del inmueble y, por tanto, tengan una idea de su confort y de las necesidades de climatización y sus costes.

La inscripción de los certificados en este registro es gratuita, salvo para los edificios de nueva construcción. Esto está en línea con la política económica desarrollada por el Gobierno Regional, que se fundamenta en la reducción de impuestos y gravámenes y en la simplificación de trámites administrativos, implantando procedimientos informatizados para facilitar la labor a ciudadanos y empresarios, como ocurre en este caso.

El 93% de los certificados son para pisos y viviendas unifamiliares

Del total de certificados tramitados en la Comunidad de Madrid, un 81% corresponden a pisos, un 12% a viviendas unifamiliares, un 3,4% a oficinas, el 2% a locales comerciales y el resto a otros usos. Asimismo, atendiendo a la calificación energética, un 0,2% de los certificados tramitados cuentan con una calificación energética A, un 0,8% tienen la B, un 4,3% C, un 15,9% D, un 50,9% E, un 11,3% cuenta con una calificación F y un 16,6% con la G.

Así, el 80% de los certificados tramitados corresponden a inmuebles poco o muy poco eficientes (clases E, F y G), lo que indica que existe un gran potencial de mejora para reducir los consumos de energía. Además, las viviendas más eficientes son de construcción reciente y la mayoría de las viviendas de las clases menos eficientes corresponden a las que se construyeron hace más de 50 años. Asimismo, las viviendas más eficientes son, en general, las de mayor tamaño.

Para garantizar que todo el proceso se desarrolla con rigor y garantías para los madrileños, la Dirección General de Industria, Energía y Minas lleva a cabo controles sobre los certificados de eficiencia energética que se tramitan. Estos controles tienen dos vertientes, por un lado, técnicos de la Dirección General realizan una revisión de los certificados y, en caso de encontrarse deficiencias, se efectúan requerimientos de subsanación. Por otro lado, los inspectores visitan las viviendas, locales o edificios y verifican que el técnico que firma los certificados tiene competencia para hacerlo, que los datos consignados en el certificado se corresponden con los reales del inmueble y que la calificación energética es correcta.

Como resultado de estos controles, se hacen los requerimientos correspondientes y, en los casos de irregularidades manifiestas, se procede a la apertura de expedientes sancionadores. La causa principal para abrir expediente sancionador es la de no reflejar el certificado la realidad de lo existente en el inmueble, de manera que se consiga una calificación energética superior a la que le correspondía.

Impulso de la rehabilitación energética de edificios

El certificado, además de la calificación energética del inmueble, ofrece información sobre las mejoras que pueden introducirse, tanto en aislamientos como en instalaciones, y los plazos de amortización, según los ahorros energéticos que se puedan alcanzar.

Las mejoras que pueden realizarse en las viviendas y demás inmuebles para que sean más eficientes energéticamente y reduzcan los consumos son de dos tipos: pasivas y activas. Entre las pasivas la más relevante es la mejora del aislamiento de las ventanas, los aislamientos de las cubiertas y las fachadas de los edificios. Las medidas activas de mejora energética consisten en la reforma de las instalaciones de climatización e iluminación y el aprovechamiento de la energía solar y otros recursos renovables.

Para incentivar estas reformas la Comunidad de Madrid cuenta con los conocidos Planes Renove, que se implantaron en 2006. En la actualidad están vigentes los Planes Renove de ventanas, de salas de calderas, de equipos de iluminación de emergencia y de repartidores de costes y válvulas termostáticas en edificios con calefacción centralizada, de forma que cada vecino conozca y regule su consumo y el gasto correspondiente.

 
 
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