La localidad vallisoletana de Laguna de Duero, junto con las ciudades de Lund (Suecia) y Soma (Turquía), se convertirán en los próximos cinco años en demostradores de tecnología para incrementar la eficiencia energética en los edificios residenciales de la Unión Europea. Son las tres ciudades seleccionadas en el proyecto Cityfied, una iniciativa cofinanciada a través del VII Programa Marco de la Comisión Europea que coordina el centro tecnológico Cartif de Valladolid. Las instalaciones del centro en el Parque Tecnológico de Boecillo han acogido la reunión de lanzamiento del proyecto, a la que han asistido cerca de medio centenar de investigadores y responsables de las empresas e instituciones participantes.
Cityfied es uno de los mayores proyectos sobre Smart Cities que se han aprobado en Europa, con un presupuesto de 48’6 millones de euros. El objetivo final es diseñar una estrategia global de rehabilitación energética a escala urbana, probando soluciones tecnológicas reales en 2.328 viviendas de los tres municipios seleccionados. En concreto, en Laguna de Duero se rehabilitarán casi 1.500 viviendas de las comunidades de vecinos 1 y 2 de Torrelago, el barrio más importante de la localidad.
Como ha detallado Tomás Villanueva, consejero de Economía y Empleo, «la mayor parte de la población mundial se asienta en espacios urbanos, donde se consume el 70 por ciento del gasto energético total y también se emite el 70 por ciento de gases de efecto invernadero». Asimismo, se prevé que en 2050 «hasta el 70 por ciento de la población mundial viva en las ciudades», lo que ha motivado que la transformación de los núcleos urbanos europeos en entornos más sostenibles y eficientes «sea una prioridad para la Unión Europea». Castilla y León, ha asegurado, «tiene también una sensibilidad especial por estas políticas». «La energía es un instrumento esencial para el bienestar de los ciudadanos y la incorporación de las energías renovables es uno de los pilares para el desarrollo», ha subrayado Villanueva.
Por su parte, el director del centro tecnológico Cartif, José Ramón Perán, ha recordado que el conocimiento que se obtenga del proyecto “será replicable en otros edificios de toda Europa”, de modo que se espera rehabilitar “más de 500.000 viviendas en los próximos 10 años” mediante la estrategia que se definirá en el transcurso del proyecto.
Remodelación de fachadas y sustitución de calderas
Durante la presentación del proyecto también han intervenido Francisco Villalobos, director general de Dalkia EyS, empresa de servicios de gestión energética y medio ambiente que se encargará de la rehabilitación de las viviendas de Laguna de Duero; y Luis Minguela, alcalde del municipio vallisoletano, quien ha afirmado que se trata de un proyecto que trasciende del barrio de Torrelago afectando “a la calidad de vida de todos los vecinos de la localidad, a unos porque disfrutarán directamente de las medidas que se van a aplicar y a otros porque verán un cambio en la fisionomía del barrio 40 años después, modernizando todas las fachadas”.
En este sentido uno de los técnicos de Dalkia EyS, Javier Martín, ha explicado que se acometerán dos tipos de trabajos: uno centrado en la remodelación de las fachadas y otro en la sustitución de las calderas y equipos energéticos. “Se cambiarán las calderas de gas por otras de biomasa de distrito con cero emisiones. En el próximo mes de mayo se iniciará la construcción de la nueva sala de calderas y de un silo de almacenamiento de biomasa enterrado para que no se vea. Otro cambio es que los vecinos podrán tomar decisiones que ahora no toman y ahorrar también con ellas, ya que se individualizarán las viviendas y se instalarán contadores, de modo que cada vecino podrá gestionar la calefacción”.
Respecto a la remodelación de las fachadas, Carmelo Sastre, de la empresa 3IA Ingeniería, ha señalado que se instalará “un aislamiento térmico exterior más ligero y eficiente de 10 centímetros de espesor, para evitar que se pierda energía a través de la fachada, y con un acabado liso y en color, en el que no se verá el ladrillo y que los vecinos podrán decidir”. En total, se espera reducir en más de un 40 por ciento el gasto energético de las viviendas.
Ambas actuaciones no costarán dinero para los vecinos, ya que los 8 millones de euros de financiación necesaria se irán pagando durante los próximos 20 años a través de los ahorros en la factura energética de las comunidades.