El hospital Advocate Health Care, situado en Illinois, Estados Unidos, es uno de los principales hospitales universitarios urbanos y un centro de trauma de Nivel I del país. Esta instalación lleva a cabo operaciones las 24 horas del día, de ahí que su nivel de consumo energético sea elevado.
La calidad del aire en el ambiente es un tema de vital importancia en un hospital, por lo que su gestión debe ser muy rigurosa. En un hospital conviven pacientes infecciosos o inmucomprometidos hecho que provoca que la temperatura, el flujo de aire, la presión, las partículas del aire, la filtración, la humedad y el aire externo deben ser controlados con precisión y monitoreados constantemente. Tanto los agentes de enfermedades transmitidas por pacientes como los agentes patógenos ambientales deben ser controlados. El fracaso puede ser costoso en términos humanos y financieros.
El Director de las Instalaciones en el hospital, York Chan subrayó que el hospital utiliza 2,7 veces más energía por pie cuadrado que un edificio de oficinas; sin embargo, reducir el consumo de energía es difícil. Los edificios funcionan todos los días, todo el año y las normas de funcionamiento impuestas por los reguladores deben cumplirse.
El ahorro energético en este tipo de instalaciones es fundamental como apunta Chan que señala como dato relevante la repercusión que puede tener en otros campos ser eficientes energéticamente hablando. En concreto, por cada dólar de ahorro de energía que se lleva a cabo por parte del hospital propicia que se evite salir a buscar 20 dólares en nuevos negocios.
Illinois Masonic, una de las instalaciones más grandes del sistema Advocate, ofrece ahorros energéticos utilizando tecnología de punta, operada por un equipo de trabajo destinados vigilar cada watt. Desde el hospital se ha llevado a cabo numerosos ejercicios de evaluación comparativa y auditorías energéticas en las instalaciones.
Edificio: 1908, Tecnología: 2009
El hospital se construyó a principios de 1900, aunque las instalaciones interiores sufrieron una gran renovación en los años ochenta cuando el hospital gastó millones de dólares en modernizar sus sistemas de volumen de aire variable.
Los responsables del hospital llevan a cabo los ajustes necesarios haciendo uso de los mecanismos de automatización con el objetivo de controlar de forma constante los sistemas de aire y agua y comprobar que estén bien afinados.
Una de las medidas que suelen llevar a cabo los responsables del hospital es reajustar la temperatura del agua del edificio para controlar de forma periódica que los sistemas de aire y agua estén funcionando correctamente.
Uno de los ejemplos más relevantes, en cuanto a la utilización de la automatización que llevan a cabo desde el hospital Advocate Health Care es la comprobación electrónica de la de los sensores instalados en los sistemas mecánicos. La comprobación de la carga del filtro se hace de forma automática avisando cuando llega a los 3,81 cm de columna de agua. En el pasado este mantenimiento se hubiera basado en el tiempo del calendario y se hubiese cambiado ese filtro, independientemente de si necesitaba ser cambiado.
Los responsables del hospital calculan que entre un 60 a 65% de los datos de desempeño provienen desde cables de medidores de flujo, transductores de corriente y otros sensores. El resto se reúne con instrumentos de prueba portátiles como registradores de datos utilizados para evaluar el consumo eléctrico de variadores de velocidad de motores individuales.
Desde el hospital se ve en el ahorro de energía una ganancia neta final triple” con tres beneficios fundamentales: Prosperidad Económica (ganancia); Gestión Ambiental (planeta) y Responsabilidad Social (gente).
El hospital ha ahorrado energía en muchos aspectos, con medidas que incluyen diferentes sistemas de volumen de aire; sensores de ocupación que apagan las luces de las habitaciones vacías; modernización de la iluminación de alta eficiencia, uso de la tecnología permanente y portátil para vigilar y controlar los sistemas de calefacción, ventilación y aire acondicionado.
Las instalaciones ahora utilizan un 27% menos de energía que un hospital promedio de EE.UU., según la base de datos de Energy Star de la Agencia de Protección Ambiental de EE.UU.