Una calificación energética elevada consigue importantes ahorros

Tenaga Ingenieros ha realizado un estudio monetizando el ahorro energético y demostrando cómo la eficiencia energética puede ser la mejor aliada ante las imparables subidas del consumo eléctrico.

Para el gran público aún no es conocido el importante ahorro que supone para los bolsillos elegir un hogar con una etiqueta de certificación energética B o C, en vez de G.

La obtención obligatoria de la etiqueta energética para edificios en el alquiler o venta entró en vigor en 2013, sin embargo, mientras que para los electrodomésticos o productos como bombillas o televisores el coste de la misma recae en los fabricantes, en el caso de la vivienda recae en los propietarios. ¿Por qué? ¿Quizá no interesa competir por la eficiencia energética? La mayoría de los consumidores se sorprenderían de los resultados de la comparativa de ahorro de energía.

Según esta comparativa de precios, una vivienda en Murcia de unos 100 metros cuadrados con una calificación G y que mantuviese siempre las condiciones de confort tendría un consumo anual aproximado de 15.184 kWh de electricidad lo que equivale a unos 2.521 €/año con impuestos incluidos (Impuesto de electricidad e IVA).

Realizando la misma simulación en una vivienda que tenga una buena calificación, una C por ejemplo serían unos 6300 kWh/año lo que equivale a unos 1.045 €/año y si nos vamos a una calificación excelente, una A estamos hablando de 1.250 kWh/año lo que equivale a unos 207 €/año.

 
 
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